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“Hay muchos estudios que ya han demostrado que comer [en forma saludable] es bueno para el corazón, pero estamos comenzando a ver tendencias de que seguir una dieta saludable para el corazón
también podría beneficiar al cerebro”, dice Rebecca Edelmayer, directora sénior de participación científica en la Alzheimer’s Association. LA RELACIÓN ENTRE LOS ALIMENTOS Y EL CEREBRO
Muchos alimentos que se encuentran en las estanterías de los supermercados se consideran alimentos procesados. Por ejemplo, las ensaladas de bolsa pasan por un proceso mínimo; lo mismo
ocurre con las latas de frijoles y los envases de verduras congeladas. Pero el tipo de alimentos que evaluaron estos estudios “realmente pasan por un proceso industrial importante y
contienen grandes cantidades de grasas, azúcares, sal, sabores y colores artificiales, e incluso estabilizantes y conservantes”, dice Edelmayer. La mayoría se encuentra en los pasillos
centrales del supermercado, no en las secciones de productos frescos o refrigerados en el perímetro de la tienda. Y en relación con el posible efecto que pueden tener en la salud cerebral,
es importante recordar que “todo el organismo está interconectado”, dice la Dra. Stephanie Kim Nothelle, geriatra y profesora adjunta de Medicina en Johns Hopkins Medicine, quien no
participó en los estudios mencionados. See more Seguro offers > El cerebro es un órgano muy vascular, explica Nothelle, y el flujo sanguíneo absorbe todo lo que comemos. “Entonces, si
comemos algo que contiene mucha grasa, o mucha sal, o mucha azúcar, esas sustancias se distribuyen en todo el organismo y tienen efectos en todas partes, incluso en el cerebro”, dice
Nothelle. Las investigaciones demuestran que las personas que sufren ciertos trastornos de salud que pueden verse afectadas por una mala dieta —como enfermedades cardíacas, hipertensión o
diabetes— son más propensas a experimentar deterioro cognitivo con el paso de los años. Estos son también factores de riesgo de derrame cerebral. Otro aspecto que hay que tener en cuenta es
que tal vez no se trate de lo que comes cuando devoras un refrigerio envasado, sino de lo que dejas de comer cuando eliges esa opción altamente procesada en vez de elegir, por ejemplo, una
fruta, señala Paul Jacques, científico sénior en el Jean Mayer USDA Human Nutrition Research Center on Aging y profesor en la Facultad Friedman de Ciencias y Políticas de la Nutrición de la
Universidad de Tufts. “Hay muchas cosas en los alimentos [integrales] —muchas sustancias fitoquímicas, muchos polifenoles— que se han vinculado con la salud cerebral y que no encontrarás en
los alimentos ultraprocesados”, dice. Estos compuestos que estimulan el cerebro son “difíciles de evitar” si llevas una dieta de estilo mediterráneo basada principalmente en plantas. Se
encuentran en las bayas, las cebollas, las manzanas, las verduras de hoja verde, los frutos secos y las semillas. El pescado es otro alimento que, según las investigaciones, tiene muchos
beneficios para el cerebro.