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POSIBLES BENEFICIOS DE LA PRUEBA DESPUÉS DE HABER RECIBIDO UN DIAGNÓSTICO Si hace poco recibiste un diagnóstico de cáncer de mama, el médico te puede recomendar hacerte una prueba genética
según tu edad en el momento del diagnóstico, tus antecedentes familiares, el tipo de cáncer de mama que tengas y otros factores. Sin embargo, algunas organizaciones, como la American
Society of Breast Surgeons (en inglés), dicen que las pruebas deben estar a disposición de todas las mujeres que reciben un diagnóstico de cáncer de mama —independientemente de los
antecedentes familiares y el subtipo de cáncer— y cada vez más médicos ofrecen esta opción a sus pacientes. La prueba genética se sumaría a los resultados de la biopsia que revelan qué tipo
de cáncer tienes o a una prueba de perfil tumoral para detectar ciertas mutaciones de las células tumorales. Las pruebas genéticas pueden ser de utilidad cuando tú y tu proveedor de atención
médica deben tomar decisiones sobre el tratamiento. Si necesitas quimioterapia, por ejemplo, los resultados de la prueba pueden ayudar a determinar a qué medicamentos específicos es más
probable que responda el tumor. Además, las mujeres que tienen algunas mutaciones genéticas pueden beneficiarse de un nuevo tipo de medicamento llamado inhibidor de PARP. “Medicina
personalizada: ese es verdaderamente el rumbo que estamos tomando”, señala Larsen Haidle. Un resultado positivo de la prueba también puede influir en la decisión de una mujer sobre la
intervención quirúrgica. Entretenimiento Paramount+ 10% de descuento en cualquier plan de Paramount+ See more Entretenimiento offers > Veamos el caso de Ellen Rostker, de 59 años, quien
reside en Ann Arbor, Míchigan. A fines del 2020, le diagnosticaron cáncer de mama en etapa 2 en el seno izquierdo. Tanto el oncólogo como el cirujano recomendaron que se hiciera una prueba
genética antes de la intervención. Después de recibir un resultado positivo de una mutación hereditaria, Rostker decidió someterse a una mastectomía bilateral en lugar de una lumpectomía
como estrategia para ayudar a prevenir la recurrencia del cáncer. También se sometió a seis ciclos de quimioterapia y ahora ya no tiene cáncer. “Estoy muy contenta de haberme hecho la prueba
porque fue mucho más fácil tomar la decisión de operarme”, dice Rostker. POR QUÉ ALGUNAS MUJERES DEBERÍAN REPETIR LA PRUEBA Antes del 2014, casi todas las pruebas genéticas para detectar
cáncer de mama solo analizaban tres genes BRCA específicos. Desde hace algún tiempo se sabe que los genes BRCA1 y BRCA2 son los que comúnmente se vinculan al cáncer hereditario de mama y de
ovario. En promedio, una mujer que tiene una mutación del gen BRCA1 o BRCA2 tiene hasta un 70% de probabilidades de tener cáncer de mama antes de los 80 años (en inglés). ¿Qué ha cambiado?
“Ahora hacemos pruebas analíticas, lo que nos permite buscar muchos más genes”, indica Pal. “Se están identificando cada vez más genes que tienen importancia. Además, ahora podemos encontrar
más mutaciones de los genes que ya conocemos”. Además de los genes BRCA1 y BRCA2, los científicos identificaron cerca de una docena de otros genes de predisposición al cáncer de mama, como
los genes ATM, TP53, CHEK2, PTEN, CDH1, STK11 y PALB2. Si bien las variaciones de esos genes son menos comunes, también aumentan significativamente el riesgo de cáncer en las mujeres, y las
mujeres que los tienen deberían considerar hacerse pruebas de detección más frecuentes o tomar otras medidas. Susan Berger tiene 69 años y vive en Glencoe, Illinois. Ella sabe por
experiencia propia lo importante que puede ser repetir la prueba. Recibió tratamiento para el cáncer de mama en 1997 y se hizo la prueba genética en el 2009. En ese momento, sintió alivio al
saber que no tenía las mutaciones del gen BRCA. Sin embargo, a principios de este año recibió una llamada de su hija adulta, quien estaba preocupada porque se acababa de enterar de que
portaba una mutación del gen PALB2. Muchos expertos consideran que el gen PALB2 es el tercer gen más importante del cáncer de mama, después del BRCA1 y el BRCA2. Los estudios demuestran que
una mutación del gen PALB2 (en inglés) aumenta el riesgo de cáncer entre un 52 y un 76%. Berger se hizo otra prueba genética y descubrió que ella también tenía la mutación del gen PALB2. A
raíz de esta información, en julio de 2021 se sometió a la extirpación de los ovarios y las trompas de Falopio para evitar contraer cáncer. También tiene planes de someterse a una
mastectomía bilateral preventiva. “Al ser sobreviviente de cáncer de mama desde hace 24 años y columnista de salud desde hace mucho tiempo, me sorprendió no saber nada sobre la mutación del
PALB2 cuando supe que mi hija la tenía, a pesar de que se dio a conocer públicamente en el 2014”, explica Berger, quien escribió sobre el gen PALB2 para The New York Times y compartió su
experiencia en varios programas nacionales de televisión. “Mi nuevo mantra es ‘el conocimiento es poder’”.