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Más de 39 millones de personas en todo el mundo podrían morir entre ahora y el 2050 debido a la resistencia a los antibióticos, según un nuevo estudio (en inglés) publicado en _The Lancet_,
y se proyecta que los adultos mayores, que corren más riesgo de infecciones, representarán una gran parte de los casos. Las infecciones resistentes a los medicamentos, que ocurren cuando las
bacterias u otros patógenos cambian y ya no responden a los medicamentos diseñados para matarlos, han cobrado la vida de al menos un millón de personas cada año desde 1990, y las cifras
están aumentando. Se proyecta que las muertes anuales aumentarán de 1.14 millones en el 2021 a 1.91 millones en el 2050, según los investigadores del estudio, y se espera que los aumentos
sean mayores entre aquellos de 70 años y más. Solo en Estados Unidos, más de 35,000 personas mueren cada año por infecciones resistentes a los antibióticos (en inglés), según los Centros
para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Durante varios años, los investigadores han dado la voz de alarma sobre esta creciente crisis de salud que podría cambiar la forma en
que tratamos infecciones simples, como la faringitis estreptocócica, o realizamos cirugías de rutina, como los reemplazos de articulaciones. La dama Sally Claire Davies, enviada especial
sobre la resistencia a los antimicrobianos del Reino Unido, dijo en un comunicado de prensa que este último estudio “confirma que el mundo está enfrentando una emergencia en torno a los
antibióticos, con costos humanos devastadores para las familias y comunidades en todo el mundo”. Sin embargo, a pesar del peligro que representa, la resistencia a los antibióticos se
malinterpreta ampliamente, según las investigaciones globales. Estos son cinco mitos sobre la resistencia a los antibióticos, además de consejos sobre cómo puedes protegerte de una infección
de superbacterias. MITO 1: LA RESISTENCIA A LOS ANTIBIÓTICOS ES CUANDO LAS PERSONAS SE VUELVEN RESISTENTES A LOS ANTIBIÓTICOS REALIDAD: La resistencia a los antibióticos es cuando las
bacterias se vuelven resistentes a los medicamentos diseñados para matarlas. No significa que las personas desarrollen resistencia a los antibióticos. “La manera más simple de entenderlo es
que las bacterias solo tratan de sobrevivir”, dice David Weiss, director del Centro de Resistencia a los Antibióticos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Emory, y lo hacen
mutando o cambiando su material genético para escapar de los efectos letales de los medicamentos. Las que tienen éxito siguen creciendo y propagándose. Los hongos también pueden convertirse
en gérmenes resistentes a los medicamentos, al igual que los virus. “Y lo que está sucediendo es que estamos viendo que esto es cada vez más frecuente”, dice el Dr. Matthew McCarthy,
profesor adjunto de Medicina en Weill Cornell Medicine y autor de _Superbugs: The Race to Stop an Epidemic_. “Y eso significa que nos estamos quedando sin opciones de tratamiento”. Tener un
arsenal más pequeño de medicamentos eficaces hace que el tratamiento de las infecciones causadas por bacterias resistentes a los medicamentos sea más difícil, a veces imposible. En muchos
casos, las infecciones resistentes a los antibióticos requieren estadías prolongadas en el hospital y alternativas de tratamiento costosas y tóxicas, según los CDC. Varios tipos de bacterias
que causan enfermedades comunes —como infecciones de las vías urinarias y neumonía— se han vuelto resistentes a los antibióticos, informa la Administración de Alimentos y Medicamentos de
EE.UU. Las bacterias que causan infecciones en la piel y la meningitis también forman parte de la lista. MITO 2: LA RESISTENCIA A LOS ANTIBIÓTICOS ES UN FENÓMENO NUEVO REALIDAD: Los
gérmenes han sido más inteligentes que los medicamentos durante décadas. De hecho, poco después de que se introdujo el primer antibiótico en 1941, los investigadores identificaron una
bacteria que era resistente a él. Pero nunca se convirtió en el problema que es hoy porque la ciencia siempre fue un paso adelante. “Tan pronto como las bacterias se volvían resistentes,
teníamos otro antibiótico que podíamos usar para tratar [una infección]”, dice Weiss. “Lo que ha sucedido ahora es que las bacterias se adelantaron. Y en algunos casos, en realidad no
tenemos el siguiente antibiótico”. Uno de los motivos es que muchas compañías farmacéuticas han abandonado los esfuerzos para producir nuevos antibióticos. “Es un proceso muy costoso
descubrir y desarrollar un nuevo medicamento, y la mayoría de las empresas pierden dinero cuando intentan invertir en un nuevo antibiótico”, dice McCarthy, por lo que los programas de
incentivos podrían ayudar a iniciar una nueva era de medicamentos. En el 2019, La Organización Mundial de la Salud (OMS) identificó 32 antibióticos en desarrollo que combaten algunas de las
mayores amenazas bacterianas del mundo, y solo unos pocos son drásticamente diferentes a los antibióticos existentes. “Todavía uso antibióticos que se descubrieron hace décadas. Necesitamos
nuevas opciones de tratamiento para satisfacer las necesidades del siglo XXI”, dice McCarthy. El uso indebido de antibióticos también ha aumentado la resistencia. Cada vez que se usa un
antibiótico, les da a los gérmenes a los que se dirige la oportunidad de mutar a una forma resistente y propagarse a otro lugar. Es por eso que los expertos en salud dicen que es fundamental
tomar antibióticos solo cuando son necesarios —cuando los beneficios por lo general superan los riesgos de resistencia— y solo para las infecciones bacterianas. Sin embargo, los CDC estiman
que cada año se recetan alrededor de 47 millones de tratamientos de antibióticos para infecciones que no pueden curar, como los resfriados y la gripe.