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LO QUE NO TE DICE EL IMC Puede que se quede corto. Ciertamente, el IMC es mejor indicador que limitarse a mirar lo que marca la báscula. Pero no distingue entre el peso de la grasa y el del
músculo, lo que puede suponer una diferencia significativa en la salud de una persona. Entretenimiento Paramount+ 10% de descuento en cualquier plan de Paramount+ See more Entretenimiento
offers > "El IMC no tiene en cuenta la composición corporal", asegura Creel. "Por lo que puede haber alguien con un IMC de 28, que es un atleta y está en gran forma, con
una circunferencia de cintura pequeña, y alguien con el mismo IMC de 28, con brazos y piernas delgados, mucho peso alrededor de su sección media y problemas como la diabetes y la
hipertensión. Desde el punto de vista del IMC, parecen exactamente iguales, pero desde el punto de vista de la salud, no lo son. El IMC no capta esto en absoluto”. Esta limitación puede
verse agravada por la edad, ya que las personas tienden a perder masa muscular al tiempo que envejecen. "A medida que envejecemos, tendemos a perder músculo y, por lo general, tendremos
más grasa corporal para un IMC determinado", afirma Creel. La forma del cuerpo y otras diferencias físicas también pueden cambiar la ecuación. "Alguien con una contextura más
grande puede cargar peso extra sin tantos riesgos como alguien con el mismo IMC que tiene una contextura más pequeña", dice Creel. Aunque el aumento del IMC se correlaciona con una peor
salud en términos generales, Creel ve personas con un IMC alto y sin ninguna enfermedad notable. "Las llamamos personas que están 'metabólicamente sanas'", afirma.
"El hecho de que alguien tenga un peso más elevado no significa necesariamente que tenga altos riesgos relacionados con su peso". De hecho, un estudio del 2016 en el _International
Journal of Obesity_ (en inglés) encontró que alrededor del 50% de las personas en Estados Unidos que entran en la categoría de IMC de sobrepeso, y el 30% de los clasificados como obesos,
eran metabólicamente sanos, basándose en factores como la presión arterial, el azúcar en la sangre, el colesterol y los niveles de triglicéridos, un tipo particularmente dañino de grasa en
la sangre. El exceso de confianza en el IMC también pasa por alto otras pistas importantes sobre la salud de una persona. Los expertos dicen que es importante saber no solo el porcentaje de
grasa sino _cómo_ se distribuye la misma en el cuerpo.