10 cosas que puedes hacer para proteger tus ojos

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Sin embargo, una encuesta de Harris/AAO reveló que, aunque casi el 70% de los adultos consultan con cierta frecuencia a un médico de atención primaria o de medicina familiar, solo el 52% de


los encuestados visitan con regularidad a un profesional del cuidado de los ojos. Esto es un problema, ya que en el caso de las enfermedades oculares relacionadas con la edad —como las


cataratas, la retinopatía diabética, el glaucoma y la degeneración macular— el tratamiento tiene mayor éxito si se diagnostican y se tratan en las etapas iniciales. “La enfermedad


silenciosa más común responsable de la ceguera, que causa pérdida de visión sin presentar ningún síntoma, es el glaucoma”, dice Grover. “Es asintomático y es un ladrón silencioso de la


visión. Pero cuando se detecta temprano y se trata correctamente, es altamente prevenible”. Los beneficios de hacer una cita con tu oftalmólogo u optometrista van mucho más allá de mantener


la buena salud ocular. Un examen minucioso del cristalino, la retina y el nervio óptico puede revelar una serie de trastornos sistémicos —como la hipertensión y la diabetes—, a veces antes


de que se manifiesten otros síntomas. 8. HUMECTA ADECUADAMENTE TUS OJOS Las lágrimas hacen más que obligarnos a salir corriendo en busca de pañuelos después de ver una película triste o


conmovedora. Estas lubrican los ojos, lo que hace que se conserven sanos y ayudan a que la visión se mantenga clara. El síndrome de ojo seco sucede cuando los ojos no reciben la lubricación


adecuada. Tal vez no produzcan suficientes lágrimas (después de los 50 años, la producción de lágrimas tiende a reducirse) o las lágrimas que producen no son de muy buena calidad y se


evaporan demasiado rápido. Algunas enfermedades (como la artritis reumatoide y la diabetes) y ciertos medicamentos (incluso los antihistamínicos y los medicamentos para la presión arterial)


también pueden causar síndrome de ojo seco. Puedes sentir una sensación de ardor, escozor o aspereza en los ojos; o, irónicamente, ojos llorosos (esa sequedad hace que las glándulas


produzcan más lágrimas). Para los síntomas leves, las lágrimas artificiales o las gotas lubricantes oculares suplementan la producción de lágrimas y mantienen la superficie exterior de los


ojos húmeda y cómoda. Puedes comprarlas sin receta y usarlas conforme las necesites. Las lágrimas artificiales con baja viscosidad son acuosas y ofrecen alivio rápido temporalmente. Ese


efecto calmante no durará mucho, por lo que tienes que usarlas con frecuencia. Las lágrimas artificiales de alta viscosidad tienen una consistencia más gruesa y gelatinosa. Permanecen en la


superficie del ojo por más tiempo y proveen lubricación más duradera. Generalmente, tu visión será borrosa por varios minutos después de aplicarlas, por lo que se recomiendan a la hora de


dormir para humectar los ojos mientras duermes. Las personas que sufren de síntomas graves a largo plazo quizás deban considerar las gotas tópicas recetadas, las cuales se enfocan en la


causa subyacente de la sequedad ocular y ayudan a aumentar la producción de lágrimas. El solo beber más agua también puede mantener los ojos mejor lubricados. Los suplementos de aceite de


pescado omega-3, en forma de triglicéridos también pueden ayudar a aliviar los síntomas, dice Moos, quien sugiere aplicar una compresa tibia en los ojos cerrados durante 10 minutos para


suavizar y desbloquear las glándulas sebáceas a lo largo de los párpados. Otra sugerencia: coloca un humidificador junto a tu cama al dormir para aumentar la humedad en el aire. 9. VIGILA


TUS NIVELES DE GLUCOSA Las personas con diabetes —tipo 1 o tipo 2— corren el riesgo de sufrir una enfermedad llamada retinopatía diabética, donde los niveles constantemente elevados de


azúcar en la sangre dañan los vasos sanguíneos en la retina, que es la capa delgada de tejido en la parte posterior del ojo. En sus etapas iniciales, quizás ni siquiera adviertas que la


tienes. pero a medida que empeora, la vista se ve afectada y puede fluctuar entre clara y borrosa. Tal vez veas moscas volantes, tengas mala visión nocturna y notes áreas oscuras o vacías en


la visión, o percibas los colores como si estuvieran desteñidos. Si no recibes tratamiento, esta enfermedad puede causar pérdida de la visión. Seguir una alimentación sana es clave. Esto


significa eliminar el consumo de azúcar y carbohidratos refinados; y, sí, evitar las comidas procesadas. Seguir la dieta mediterránea —proteínas magras como pollo y pescado, verduras sin


almidón y frutas— es ideal. Y presta atención a tu peso. Tener unas libras de más, especialmente en el área abdominal, puede fomentar la resistencia a la insulina. 10. NO FUMES Si se te ha


dificultado dejar el hábito de fumar, usa estos datos como motivación: tienes dos o tres veces más probabilidades de desarrollar cataratas y dos veces más probabilidades de desarrollar DMRE


que alguien que no fuma. “Si tienes señales tempranas de degeneración macular relacionada con la edad, fumar aumenta diez veces el riesgo de que progrese”, dice Thomas. “Puede empeorar


mucho, y avanzar mucho más rápido.” ¿Por qué? Entre otras razones, los cigarrillos contienen cientos de toxinas que pueden causar estrés oxidativo y evitar que el flujo apropiado de sangre


llegue a los ojos. Y el humo irritante puede dañar la película lagrimal, lo cual aumenta el riesgo de desarrollar síndrome de ojo seco (sin mencionar los muchos otros problemas de salud


asociados con fumar).