La batalla contra el cáncer cumple 50 años

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ADELANTOS PRINCIPALES El establecimiento en todo el país de centros oncológicos designados por el NCI vinculó por primera vez los descubrimientos científicos más estrechamente con el cuidado


de los pacientes con cáncer. Esta fue una de las victorias más marcadas del principio de la batalla contra el cáncer. En la actualidad, existen 71 centros en 36 estados y el Distrito de


Columbia. En estudios se ha demostrado (en inglés) que a menudo logran mejores tasas de supervivencia y recuperación del cáncer que otros hospitales. Entretenimiento Paramount+ 10% de


descuento en cualquier plan de Paramount+ See more Entretenimiento offers > Además, la batalla abrió las puertas del universo escondido de la genética oncológica. En 1979, se descubrió el


primer “gen de cáncer” en un laboratorio de Harvard. Para el 2018, el Atlas Genómico del Cáncer (Cancer Genome Atlas) contenía suficientes datos de ADN para llenar 212,000 DVD. “Se


necesitaron miles de millones para secuenciar el primer genoma del cáncer”, cuenta DeVita. El ritmo de descubrimiento de los tratamientos también se ha acelerado. LA PREVENCIÓN DEL CÁNCER EN


TU PROPIA CASA DEJA DE FUMAR: hacerlo reduce tu riesgo de tener 12 tipos de cáncer, entre ellos de páncreas, colorrectal, de vejiga y de pulmón. Incluso si ya te han diagnosticado un


cáncer, dejar de fumar puede mejorar de forma significativa tus probabilidades de sobrevivir. BEBE MENOS ALCOHOL: aproximadamente 1 de cada 25 muertes causadas por cáncer están vinculadas a


las bebidas alcohólicas. Los bebedores moderados corren casi el doble de riesgo de tener cáncer bucal o de garganta; quienes beben cantidades excesivas de alcohol corren el doble de riesgo


de cáncer de hígado. HAZ MÁS EJERCICIO: las mujeres que fueron más activas corrieron un riesgo de cáncer de seno hasta un 21% menor, y tanto hombres como mujeres corrieron un riesgo de


cáncer de colon un 19% menor. TOMA LECHE: consumir mucho calcio y vitamina D —disponible principalmente en los lácteos y las bebidas y los cereales fortificados— dio como resultado un riesgo


significativamente menor de cáncer de seno, según un estudio. Y BEBE CAFÉ...: una taza al día dio como resultado una reducción del 8% del riesgo de cáncer de endometrio, según descubrieron


algunos investigadores. Y TÉ VERDE: el té verde podría enlentecer la evolución de una variedad de células cancerosas, según un análisis del 2018 de estudios publicados en la revista


_Molecules and Cells_.__ PRUEBA HACER YOGA: en un análisis de estudios se descubrió que el yoga reducía el estrés, la ansiedad y la depresión en pacientes con cáncer de seno. Muchos centros


oncológicos, al igual que la Sociedad Americana contra el Cáncer, recomiendan que los pacientes con cáncer empiecen una rutina de yoga. CONSUME ESTAS VERDURAS: quienes consumían la mayor


cantidad de verduras crucíferas (como brócoli, coles de Bruselas y repollo) corrieron un riesgo un 39% menor de cáncer de próstata comparado con quienes comían la menor cantidad. DUERME DE 7


A 9 HORAS POR NOCHE: dormir menos de 6 horas cada noche aumenta el riesgo de cáncer en un 43%. Sin embargo, las mujeres que dormían 10 horas o más cada noche corrieron un riesgo un 22% más


elevado de cáncer de seno, endometrial o de ovario. _—Sara Vigneri_ NICK FERRARI PHOTOGRAPHY Entre 1941 y 1970, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) aprobó 15 medicamentos


contra el cáncer; entre 1971 y el 2020, dio su aprobación para más de 160. Muchos de estos son nuevos tipos de medicamentos que los oncólogos llaman “la cuarta y la quinta dimensión” de los


tratamientos contra el cáncer. (Los tres tipos originales son la quimioterapia, la cirugía y la radiación). Son un adelanto poderoso. “Hace diez años, la quimioterapia era el único


tratamiento para la mayoría de los pacientes con un cáncer en etapa avanzada”, dice el Dr. Ravi Parikh, oncólogo y profesor adjunto de los departamentos de Ética Médica y Políticas de Salud


y de Medicina de University of Pennsylvania. “Ahora ha habido una revolución en los tratamientos para el cáncer. Las inmunoterapias y los tratamientos dirigidos no son quimioterapia.


Funcionan de maneras completamente distintas”. Las inmunoterapias aprovechan el sistema inmunitario para combatir el cáncer. Los tratamientos dirigidos se concentran en las moléculas


cancerosas y a menudo estancan su crecimiento. Estos descubrimientos prolongan la vida, y pueden convertir cánceres mortíferos en enfermedades crónicas controladas con una píldora diaria.


“No son curas”, señala Emanuel. “Pero dar a los pacientes muchos años de vida normal más allá de lo que podíamos al principio de la batalla contra el cáncer es extraordinario”. Sin embargo,


no todos los tratamientos nuevos han logrado todo lo que se pensaba al principio. En el 2019, en un par de estudios publicados en la revista _JAMA Internal Medicine_, se descubrió que solo


19 de los 93 medicamentos contra el cáncer cuya aprobación por parte de la FDA se aceleró de hecho prolongaban la vida. Los medicamentos que no lograban lo esperado podían reducir o retrasar


los tumores, pero no mejoraron la supervivencia ni la calidad de vida de los pacientes con cáncer. Las inmunoterapias funcionan para menos del 20% de los pacientes, y a menudo los


especialistas no pueden predecir a quién sí le servirán. DeVita dice que confiar en un solo tratamiento por sí solo es tener poca visión de futuro. “Para curar un cáncer en etapa avanzada,


hace falta combinar entre tres y cuatro medicamentos que son eficaces por sí mismos hasta cierto punto”, señala. “Las células cancerosas son muy flexibles; se ajustan rápido”. Las


combinaciones, como el tratamiento MOPP de cuatro medicamentos que formuló DeVita y que logró eliminar el cáncer de Leigh, son eficaces porque atacan las células cancerosas al mismo tiempo


por varios flancos vulnerables. A menudo, la quimioterapia sigue siendo la mejor opción, otra área en la que la batalla contra el cáncer está ayudando. “Las personas tienen miedo a la


quimioterapia”, dice Parikh. “Muchas se imaginan que se les caerá el cabello, que todo el tiempo se la pasarán vomitando en el baño. Pero nuestros métodos para controlar los efectos


secundarios de la quimioterapia son mucho mejores que hace 10 o 15 años. Es uno de los éxitos no narrados de la batalla contra el cáncer”. PREVENCIÓN Y DETECCIÓN En decenas de congeladores


de laboratorio de Columbia University en la ciudad de Nueva York, permanecen guardadas 60,000 muestras de cáncer para realizar pruebas. Ahí, la Dra. Azra Raza, quien es oncóloga, espera


encontrar “la primera célula cancerosa” —la célula mutada más antigua que a la larga se multiplicó para convertirse en cáncer— y lograr tratamientos que eliminen la enfermedad antes de que


se desarrolle. Esas muestras de sangre y médula ósea provienen de casi todos los pacientes que ella atendió durante los 35 años de su carrera, obtenidas a medida que se sometían a


tratamientos para el cáncer. “No hemos ganado la batalla contra el cáncer”, dice Raza, profesora de Medicina y directora del MDS Center en Columbia. “Tomará 1,000 años entender el cáncer.


Está demasiado evolucionado”, señala. “En vez de eso, debemos encontrar la primera célula y eliminarla”. El objetivo de ese proyecto de $15 millones de Raza, con aportes de un comité de


investigadores provenientes de ocho centros oncológicos principales, es recopilar 50,000 muestras de tejido de otro grupo: personas que no tienen cáncer... todavía. Dice que con análisis


intensivos se pueden encontrar minúsculas células problemáticas y luego examinar cómo los cambios genéticos y la exposición a factores cotidianos las convierten en un cáncer. Raza prevé


crear un sistema de alerta temprana mediante un microchip implantado debajo de la piel, con el que evitar el cáncer será tan común como prevenir las enfermedades del corazón: si prestas


atención a las señales de advertencia, el riesgo disminuye. Encontrar un cáncer antes de que empiece es una poderosa estrategia de prevención. Se calcula que entre un 20 y un 40% de los


casos de cáncer y la mitad de todas las muertes por cáncer podrían eliminarse con medidas conocidas, como no fumar, hacer ejercicio, evitar el consumo excesivo de alcohol y mantener un peso


saludable, según un estudio del 2016. Y de ciertas formas, las personas de este país se están dando cuenta. Desde el inicio de la batalla contra el cáncer, los índices de tabaquismo han


disminuido un 63%, una gran contribución a la reducción general de las muertes causadas por cáncer. Sin embargo, la epidemia de obesidad, que aumenta el riesgo de tener 13 tipos de cáncer,


según el NCI, pronto podría superar el tabaquismo como una causa principal de cáncer. En la actualidad, al menos un 40% de los casos de cáncer en Estados Unidos —y las dos terceras partes de


los casos de cáncer en quienes tienen entre 50 y 74 años— se deben a la obesidad. Y las tasas están aumentando, incluso a medida que disminuye el número de pacientes con un cáncer


relacionado con el tabaquismo. Asignar más fondos para prevención puede motivar a las personas a tomar medidas prácticas y cotidianas para prevenir el cáncer y reducir las muertes por cáncer


a cualquier edad. Según el American Institute for Cancer Research, estas medidas incluyen ingerir suficientes frutas y verduras, granos integrales y frijoles; limitar el consumo de carnes


rojas y carnes procesadas, bebidas azucaradas, comida chatarra y alcohol; evitar el tabaco y la exposición excesiva al sol; y someterse a los exámenes de detección recomendados. Por otro


lado, existe otro tipo de impulso para una estrategia contra el cáncer conocida como “prevención secundaria”, que detecta el cáncer en sus fases iniciales, cuando es más sensible al


tratamiento, y lo elimina. En la actualidad, para la mayoría de la gente, la prevención secundaria significa hacerse los exámenes recomendados, como mamografías, colonoscopías y otras


pruebas de detección del cáncer colorrectal, gammagrafías pulmonares para los fumadores, pruebas de Papanicolaou para las mujeres y exámenes de detección del cáncer de próstata para algunos


hombres. En el futuro, podría empezar con un solo análisis de sangre que busque indicios flotantes de proteínas y ADN de una amplia variedad de tipos de cáncer. Cuando el cáncer se detecta


en las primeras etapas, es mucho más fácil detener su evolución. “La mejor manera de reducir la letalidad del cáncer es evitarlo por completo”, dice Nickolas Papadopoulos, profesor de


Oncología y Patología en la Facultad de Medicina de Johns Hopkins University.