Cáncer cerebral, el riesgo aumenta con la edad

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A los pacientes con tumores cerebrales secundarios muy a menudo ya se les había diagnosticado un cáncer en otro lugar del cuerpo —tal vez un melanoma o un cáncer de pulmón que han tenido


durante meses o años—. “Es muy poco común que atendamos a un paciente con un nuevo tumor cerebral y descubramos que es un tipo de cáncer que no habíamos identificado antes en otra parte del


cuerpo. Esto pasa, pero es la excepción”, señala. ¿QUIÉNES CORREN MAYOR RIESGO DE TENER TUMORES PRIMARIOS? Entretenimiento Paramount+ 10% de descuento en cualquier plan de Paramount+ See


more Entretenimiento offers > Los casos de cáncer cerebral primario representan menos del 2% de todos los pacientes con cáncer, enfatiza Harrison. Sin embargo, para los tumores que


empiezan en el cerebro —muchos de los cuales pertenecen a la categoría de gliomas—, los dos principales factores de riesgo son la edad y haber recibido anteriormente radiación en el cerebro,


como cuando un paciente la recibió años antes para otro caso de cáncer. Cerca de la mitad de los pacientes con glioblastoma, el tumor cerebral primario maligno más común, son mayores de 65


años. “Todavía estamos tratando de averiguar la relación exacta con la edad”, menciona Harrison. Antes se excluía a los pacientes mayores de 70 años de los estudios clínicos de referencia,


pero eso está cambiando a medida que más ensayos clínicos incluyen a pacientes mayores en sus investigaciones. “En la actualidad, hay ensayos clínicos o evaluaciones de tratamiento para los


adultos mayores con glioblastoma, específicamente para entender mejor cuáles son los regímenes de tratamiento óptimos para estos pacientes e intentar maximizar el impacto del tratamiento y


minimizar algunos de los efectos secundarios y adversos”, explica Harrison. ¿CÓMO SE TRATA NORMALMENTE EL CÁNCER CEREBRAL PRIMARIO? En general, los tumores cerebrales se tratan con alguna


combinación de cirugía, radiación y tratamiento médico, es decir, píldoras o medicamentos para uso intravenoso a fin de tratar el tumor. El tratamiento para el glioblastoma, el tumor


cerebral primario más común que ven los neurooncólogos, comienza comúnmente con lo que los médicos llaman la “máxima resección segura”: un cirujano extirpa la mayor porción del tumor que


pueda extraerse sin peligro. Según explica Harrison, la operación tiene un doble propósito. Primero, proporciona o confirma un diagnóstico definitivo, pues un patólogo analiza el tejido que


se extirpa durante la operación, lo evalúa y determina de qué tipo de cáncer se trata. Segundo, puede brindar un beneficio terapéutico: hay estudios que muestran que la cirugía para eliminar


tanto del tumor como se pueda presagia una ventaja de supervivencia. Es importante aclarar, dice Harrison, que incluso si la cirugía tiene resultados excelentes, la operación de un cáncer


como el glioblastoma no es una cura. Aproximadamente entre tres y cuatro semanas después de la cirugía, cuando el cuero cabelludo y los tejidos han podido sanar, la siguiente etapa del


tratamiento por lo general incluye una combinación de radioterapia y quimioterapia en la que ambos tratamientos se administran al mismo tiempo. Luego de esta “fase de tratamiento


simultáneo”, hay una espera de entre cuatro y seis semanas. Entonces los pacientes se someten a lo que los médicos llaman “quimioterapia auxiliar”, o simplemente quimioterapia. Reciben


temozolomida, el mismo medicamento de quimioterapia que recibieron durante la radiación, pero en una dosis más alta y de manera distinta: lo toman 5 días consecutivos cada 4 semanas, por


entre 6 y 12 ciclos, o aproximadamente de 6 a 12 meses.