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El dolor constante puede afectar tu sueño, tu desempeño diario y tu capacidad de hacer las cosas que disfrutas; así que, no es de sorprender que el dolor crónico puede causar depresión.


Pero también es cierto lo opuesto: si estás deprimido, tienes un riesgo más alto de desarrollar dolor crónico.


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En un estudio publicado en Archives of General Psychiatry los investigadores examinaron datos de 18,980 personas y descubrieron que el 43% de las que padecían depresión severa también


sufrían de dolor crónico, en comparación con solo el 17% de aquellas que no estaban deprimidas.


Solo en los últimos años los científicos han comenzado a entender qué tan conectados están la depresión y el dolor crónico, dice el internista Kurt Kroenke, un profesor e investigador del


dolor en Indiana University. "Si padeces uno de estos trastornos, es bastante común sufrir del otro", comenta. "Puede ser difícil distinguir dónde comienza uno y dónde termina el otro".


Alrededor del 30 al 50% de las personas que tienen dolor crónico también están deprimidas, dice él.