Conoce las causas del dolor de rodilla y cómo prevenirlas

feature-image

Play all audios:

Loading...

TENDINITIS O BURSITIS: estos trastornos pueden ocurrir a cualquier edad, incluso en los pacientes mayores de 50. La tendinitis es la inflamación de uno o más de los tendones que rodean la


rodilla, los cuales se vuelven menos flexibles a medida que envejecemos. A menudo, este trastorno es causado por actividades deportivas, cuando el tendón se estira y se inflama. Los síntomas


incluyen dolor encima o debajo de la rótula, que usualmente se empeora con la actividad y se alivia al descansar. Bursitis es la inflamación de las bolsas, los sacos llenos de líquido que


amortiguan la rodilla. Los síntomas pueden variar, pero con frecuencia el área afectada de la rodilla se hincha y se siente cálida y sensible al tacto. ARTRITIS REUMATOIDE: esta enfermedad


autoinmune hace que el sistema inmunitario del paciente ataque el revestimiento sinovial (que proporciona líquido para lubricar la articulación), y en última instancia perjudica el


cartílago. "Sería inusual tener artritis reumatoide solo en las rodillas", dice la Dra. Nancy Carteron, reumatóloga profesora en la Facultad de Medicina de University of California


en San Francisco. "Usualmente aparece primero en las manos y pies". Los síntomas incluyen dolor, rigidez, hinchazón y enrojecimiento, especialmente después de dormir. El trastorno


se trata con esteroides y medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad. LOS TRATAMIENTOS Una vez el médico te haya hecho una prueba e identificado la causa, la mayoría de los


tratamientos tendrán un enfoque múltiple. "Hay un proceso gradual que incluye medicamentos para el dolor, pérdida de peso, ejercicio físico y, en algunos casos, el uso de una


rodillera, compresa fría o cubierta de neopreno", dice el Dr. Saris. Si nada de eso funciona, hay varias inyecciones para la rodilla que pueden brindar alivio y corregir la raíz del


problema. Y si nada ayuda a aliviar el malestar diario, puede que se sugiera una cirugía de reemplazo de rodilla como último recurso. ANTIINFLAMATORIOS: eficaces para el dolor y la hinchazón


—desde osteoartritis hasta tendinitis—, los antiinflamatorios incluyen medicamentos orales de venta libre para el dolor, como aspirina o ibuprofeno. Fredericson también recomienda que los


pacientes tomen suplementos naturales antiinflamatorios, como aceite de pescado y cúrcuma, y adopten una dieta antiinflamatoria, como la mediterránea. "Lo más importante es consumir


muchas frutas y vegetales frescos, y evitar grasas saturadas y alimentos procesados, especialmente el azúcar refinado", dice. INYECCIONES: hay varias que se usan comúnmente: las


inyecciones de corticosteroides "han demostrado ser eficaces para alrededor del 40% de los pacientes con osteoartritis en la rodilla", dice el Dr. Saris. "Funcionan mejor para


los pacientes que tienen dolor e hinchazón, porque calman la respuesta inflamatoria". Un segundo tipo de inyección para la osteoartritis, llamada viscosuplementación, lubrica la


rodilla con ácido hialurónico, una sustancia que se produce naturalmente en la rodilla y también se fabrica como un gel sintético para proveer una capa protectora en las superficies de las


articulaciones. Recibir una inyección como esa "le dice a la rodilla que se siente mejor, para que no se hinche tan frecuentemente", dice. EJERCICIO: "Si observas todas las


investigaciones sobre la osteoartritis de la rodilla, algo que se enfatiza es la importancia del ejercicio", dice Fredericson, quien destaca que los beneficios se extienden más allá de


la pérdida de peso. A menudo, las prácticas ortopédicas incluyen fisioterapeutas que ayudan a los pacientes a encontrar ejercicios que alivien su dolor de rodilla, sin importar la causa.


Fredericson recomienda centrarse en ejercicios que fortalezcan los cuádriceps (la parte delantera de los muslos) y los glúteos (músculos que ayudan a controlar el movimiento de las caderas).


"La masa muscular magra puede absorber la tensión; la grasa no", explica Wolcott. "Así que si tienes soporte muscular alrededor de la rodilla, esa tensión se absorberá en un


lugar distinto a la articulación". Y el ejercicio no tiene que doler: un estudio del 2018 de Northwestern Medicine encontró que, entre los jugadores de golf, caminar por el campo en vez


de moverse en un carrito no se vinculó con el aumento del dolor, degradación del cartílago o inflamación. La conclusión es que, "necesitamos nuestras articulaciones para movernos bien,


y tenemos que movernos mucho para mantenerlas en buen estado", dice Saris.