Mercedes soler y su dolorosa batalla con la culebrilla

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El protocolo que usaron conmigo para tratar la culebrilla fue la ingesta de antivirales durante 10 días. Inicialmente, y después del tratamiento médico, tanto las ampollas como el dolor


desaparecieron. Retomé mi vida ajetreada. Sin embargo, a todos no les funciona el tratamiento, y la neuralgia pos herpética causada por el daño en los ganglios nerviosos sensoriales puede


durar años. Ese, desgraciadamente, ha sido mi caso. Entretenimiento Paramount+ 10% de descuento en cualquier plan de Paramount+ See more Entretenimiento offers > Cortesía de Mercedes


Soler EL DOLOR VUELVE Más de una década después, una combinación de factores reavivó la penuria. Yo siempre he sido delgada y muy activa, pero nunca he hecho ejercicios de gimnasio. También


nací con una ligera escoliosis que siempre me llevó a tener una mala postura y a jorobar la espalda. Esto, y los últimos seis años de carrera contribuyeron a las molestias en el nervio


ciático del lado izquierdo del cuerpo. Mi carrera exigía pasar horas conduciendo del trabajo a casa y viceversa; horas más sentada frente a la computadora para redactar un noticiero, luego


una hora sentada en el set para salir al aire. Primero tomé calmantes. Nada. Acudí a mi médico primario. Nada. Busqué especialistas en los tres hospitales principales del sur de la Florida.


Nada. Abordé un avión, en pura agonía, y me fui a la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota, donde me hicieron pruebas durante una semana. Nada. En los últimos siete años, buscando respuestas,


me he sometido a 14 exámenes MRI (imágenes de resonancia magnética) y a la extirpación de un quiste del tamaño de un limón en el ovario izquierdo porque pensé que pudiera estar comprimiendo


el nervio. Seguían sin encontrar nada. Ninguno de las decenas de médicos que he consultado ha logrado diagnosticar o aliviarme. Algunos pensaron que pudiera tratarse de fibromialgia. Otros


me hicieron pruebas de artritis o intentaron detectar virus exóticos y hasta traté de mitigar el dolor con hipnosis. Nada. Me refugié en la medicina alternativa, la acupuntura, meditación,


homeopatía; consulté a un babalawo (líder espiritual ) y a un chamán. Nada. Nadie ha podido explicarme contundentemente el por qué de mi dolor crónico. Intuyo que lo que padezco hoy es una


neuropatía, originalmente provocada por la culebrilla y, por supuesto, exacerbada por una mala postura y un estilo de vida. De haber sabido hace 15 años lo que era el herpes zóster, y de


haberme vacunado a tiempo, quizá esta crónica no sería tan sufrida.