Complicaciones y errores atrasa llegada de vacuna

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ESCEPTICISMO DE LOS EMPLEADOS CON RESPECTO A LA VACUNACIÓN La reticencia a la vacunación, sobre todo entre los empleados de centros de cuidados a largo plazo, es otro obstáculo importante.


En Ohio, que figura entre los pocos estados donde se empezó a vacunar a los residentes y empleados de hogares de ancianos antes del 21 de diciembre, aproximadamente el 60% de los empleados


de dichos hogares han optado por no recibir la vacuna contra la COVID-19 —según señaló el gobernador Mike DeWine a fines de diciembre—, mientras que aproximadamente el 80% de los residentes


han aceptado recibirla. Richard Feifer, jefe de asuntos médicos en Genesis HealthCare, empresa que tiene a su cargo 325 centros de enfermería especializada y vida asistida ubicados en 24


estados, ha notado una tendencia similar. “Una proporción muy, muy alta de los residentes aceptan la vacuna, y las decisiones que ellos toman —o que toman quienes son responsables de decidir


por ellos en temas de salud— son generalmente favorables”, dice Feifer. "El grado de aceptación entre los empleados varía. (...) La gente tiene dudas sobre la vacuna. No todas las


personas que tienen derecho a recibir la vacuna son expertos en temas de atención médica". Los empleados se preocupan por los efectos secundarios, según se reveló en una encuesta a


empleados de centros de cuidados a largo plazo (enlace en inglés) realizada por funcionarios de salud pública e Indiana University. Entre el 55% de los empleados en Indiana que indicaron que


optarían por no recibir la vacuna, el 70% de ellos atribuyeron su rechazo principalmente a los posibles efectos secundarios. Si los empleados son pagados por hora, sin derecho a licencia ni


otras prestaciones en caso de enfermedad, difícilmente pueden sobrellevar las consecuencias económicas de enfermarse a causa de los efectos secundarios. Los asistentes de enfermería


certificados, que representan la inmensa mayoría de quienes prestan cuidados en los hogares de ancianos, ganan en promedio menos de $15 por hora. Para muchos de ellos, su principal prioridad


es llegar al trabajo. Genesis ha lanzado campañas con mensajes informativos destinados a los empleados y residentes y sus familias sobre la elaboración de las vacunas contra la COVID-19, la


autorización para su uso y los datos sobre su inocuidad y eficacia. Feifer espera que sus campañas en redes sociales, las respuestas ofrecidas por médicos para aclarar dudas sobre el tema y


los videos en que se ve a los dirigentes de Genesis recibiendo la vacuna "los convenzan de lo que creemos: que es muy, muy importante aceptar la vacuna". St. Paul Elder Services


está realizando actividades similares, según afirma Norder, organizando charlas virtuales con su director de asuntos médicos y divulgando experiencias de otros centros cercanos donde se han


ofrecido clínicas de vacunación. "Al compartir estos conocimientos con todos, podemos desmentir poco a poco algunos de esos mitos acerca de las vacunas", dice Norder. En la primera


clínica de vacunación ofrecida en St. Paul Elder Services, el 86% de los residentes recibieron las dosis que se les ofrecían. En cambio, solo el 66% de los empleados las recibieron. UNO,


DOS, TRES... ¿Y LUEGO? También existen temores de que se les acabe el tiempo a estos centros. Las farmacias que participan en el programa federal han sido contratadas para realizar tres


clínicas en los propios centros de cuidados a largo plazo. Si los residentes o empleados no reciben la primera dosis en la primera o segunda clínica ofrecida en el centro, es posible que


pierdan la oportunidad de vacunarse por medio del programa. Por otra parte, si se administra la segunda dosis de la vacuna a demasiados empleados al mismo tiempo, se podría producir una


escasez de personal. En los ensayos de las vacunas de Pfizer y Moderna, los participantes dijeron experimentar efectos secundarios más graves —principalmente fatiga, dolor de cabeza, dolores


musculares y en las articulaciones, y posiblemente algo de fiebre— después de la segunda dosis. Esta situación podría llevar a que muchos empleados se reporten enfermos al mismo tiempo, lo


que dificultaría las labores de atención a los residentes. Casi el 30% de los hogares de ancianos a nivel nacional han informado de una escasez de personal en fechas recientes. Deborah Veit,


directora ejecutiva de Oak Meadows, un centro sin fines de lucro en Minnesota que presta servicios de vida independiente, vida asistida y cuidados para la memoria, colaboró con Walgreens


para poder ofrecer consultas adicionales, con intervalos de separación entre las vacunas administradas a los empleados. "La escasez de personal es algo que no podremos


sobrellevar", dice Veit. Wasserman dice que se necesita más flexibilidad en el programa federal (él forma parte del consejo directivo de Wish of a Lifetime, filial benéfica de AARP).


"En lugar de utilizar un esquema rígido y único para todo el mundo", Wasserman dice que preferiría "un plan más flexible que permita que los centros administren sus propias


vacunas en el transcurso de una semana". En Genesis, muy pocos empleados han sufrido efectos secundarios después de recibir la primera dosis. Pero Feifer, el director de asuntos


médicos, se preocupa por lo que pasará después de las tres consultas farmacéuticas. "Habrá todavía pacientes que posteriormente necesiten la vacuna, y empleados nuevos que también la


requieran", dice Feifer, "así que la protección de los hogares de ancianos, aun después de las tres consultas, sigue siendo un asunto complicado". Otro tema complicado es la


posibilidad de vacunar a todos los residentes y empleados de los hogares de ancianos para fines de febrero.