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MEDICAID ES EL SOSTÉN PRINCIPAL Para comprender las finanzas de los hogares de ancianos, debemos comenzar por sus ingresos. Medicaid, el programa de seguro federal-estatal para las personas
de bajos ingresos, paga tres quintas partes del costo de los 1.3 millones de residentes de hogares de ancianos del país. Estos adultos mayores (y personas discapacitadas) con frecuencia
pasan los años que les quedan en un hogar de ancianos, a expensas de los contribuyentes. ¿Cuán lucrativo es el negocio de Medicaid? Depende de a quién le preguntes. El pago promedio de
Medicaid, que varía según el estado, es de alrededor de $200 por residente por día. Sin embargo, a diferencia de un hotel que cobra ese precio, los hogares de ancianos deben brindar atención
personal que muchos residentes necesitan para sus actividades cotidianas. También deben proporcionarles comidas, atención médica y demás servicios. Los operadores de hogares de ancianos
siempre dicen que $200 no cubre sus costos. Los críticos de la industria no están tan de acuerdo, y citan las turbias finanzas y las numerosas fuentes de ingresos de los propietarios (el
tema continúa más adelante). Entretenimiento Paramount+ 10% de descuento en cualquier plan de Paramount+ See more Entretenimiento offers > “No sabemos si las tarifas de Medicaid son
demasiado bajas o no”, señala Charlene Harrington, profesora emérita de University of California, San Francisco, quien ha estudiado los hogares de ancianos durante décadas. Lo que es claro
es que la parte de estos ingresos que se destina a pagar y capacitar al personal no es suficiente. La rotación de personal en la industria es alta y hay una grave escasez de personas
competentes que brinden atención a los pacientes. Esto siempre va en detrimento del bienestar de los residentes, pero ha sido especialmente peligroso en el 2020. (Puedes leer más sobre el
tema en “Quién es responsable”). Y $200 por día no es suficiente para costear un gran abastecimiento de materiales ni para tener habitaciones privadas disponibles que puedan reducir la
transmisión de la infección. Este año esa suma ha sido especialmente insuficiente, cuando los centros de pronto enfrentaron los costos desmedidos de materiales y pruebas de detección para
controlar la infección. UN MODELO DESBALANCEADO Medicare paga relativamente por pocos residentes de hogares de ancianos, pero proporciona una parte importante de los ingresos del hogar.
Estas cifras muestran los ingresos por pacientes hospitalizados en 2019 de Genesis Health Care, la cadena más grande del país. Mucho antes de que el coronavirus sorprendiera a la industria,
las cifras ya eran desoladoras. Considera el último informe de Medicare Payment Advisory Commission (MedPAC, Comisión Asesora de Pagos de Medicare). En el 2018, MedPAC concluyó que los
hogares de ancianos tenían un margen de ganancias operacional de -3% por los pacientes que pagaban Medicaid y otras fuentes ajenas a Medicare. En otras palabras, por cada $100 que percibían
por estos residentes, gastaban $103 en su cuidado, claramente una propuesta que lleva las de perder. Durante la pandemia, las cifras sin duda empeoraron. EL DINERO ESTÁ EN MEDICARE Si
brindar cuidado a los residentes que tienen Medicaid es tan mal negocio, ¿cómo se mantuvieron a flote los hogares de ancianos durante todos esos años? La respuesta es, ante todo, Medicare.
Si bien Medicare no paga el cuidado a largo plazo en hogares de ancianos, sí cubre los servicios especializados y la terapia durante un máximo de 100 días después de que un paciente recibe
el alta de un hospital. Y paga muy bien. En el 2019, por ejemplo, Medicare le pagó a Genesis HealthCare $535 por residente por día, cerca de dos veces y media los $215 que recibió por los
pacientes de Medicaid. Sí, los residentes que tienen Medicare en general necesitan más atención que los que tienen Medicaid. Aun así, Medicare es más lucrativo: por cada $100 que los hogares
de ancianos reciben por estos pacientes, queda un promedio de $10 después de restar el costo del cuidado, y no una pérdida de $3. El resultado es que los hogares de ancianos dependen de una
cantidad bastante pequeña de residentes que pagan bien y compensan el dinero que los centros dicen perder con el resto. “No es una estructura que nadie hubiera creado de entrada”, señala
Tamara Konetzka, profesora de Investigación de Servicios de Salud en University of Chicago. No debe sorprendernos que los hogares de ancianos se esmeren por conseguir más pacientes de
Medicare para compensar lo que dicen perder con Medicaid. Sin embargo, eso puede derivar en malas decisiones en cuanto al cuidado, explica Konetzka, como por ejemplo alentar a los hogares de
ancianos a que envíen a los residentes de Medicaid al hospital para que puedan regresar como pacientes de Medicare, que pagan más. Este año, algunos hogares de ancianos desalojaron a
residentes de Medicaid para recibir pacientes que tenían COVID-19 y que recibían atención con las tarifas más altas de Medicare, según el New York Times y otros medios de noticias. Las bajas
indebidas han sido una de las quejas principales de los defensores de cuidados a largo plazo del país durante mucho tiempo; AARP Foundation (enlace en inglés) ha litigado esta práctica en
los tribunales. LA PANDEMIA HA CAUSADO DAÑO Esta dependencia de pacientes que tienen Medicare ha demostrado ser peligrosa para los hogares de ancianos este año. En marzo, los hospitales y
los pacientes comenzaron a cancelar o postergar muchos procedimientos optativos, y la derivación de pacientes de Medicare a centros de enfermería especializada para recibir rehabilitación se
redujo en un 10%, según MedPAC. La ocupación general de los hogares de ancianos disminuyó del 83.4% al 74.8% entre marzo y junio, según el National Investment Center for Seniors Housing
& Care, un grupo de investigación que compila datos de hogares de ancianos para inversionistas. Entre mayo y octubre, el Gobierno federal aportó más de $21,000 millones a la industria en
concepto de subsidios, préstamos y pagos adelantados de Medicare. De esa suma, solo $2,500 millones tenían condiciones de uso, y no se sabe qué parte de la asistencia se destinó a frenar la
propagación del coronavirus. “Los hogares de ancianos pueden usarla para resolver problemas previos, si lo desean”, señala Elaine Ryan, vicepresidenta de Asuntos Gubernamentales para
Defensa de Derechos en los estados, en AARP. “Tal vez nunca sepamos a dónde se destinó el dinero.