Cuando una amiga que está muriendo decide distanciarse

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LA MUERTE ES PARTE DE LA VIDA En ciertas etapas de la vida, la muerte se convierte en un tema. Y sin duda, cuando algo nos azota inesperadamente —un diagnóstico repentino, una muerte, un


accidente o un cónyuge que se va—, no podemos evitar pensar en nosotros mismos. ¿Cómo reaccionaríamos? ¿Cómo responderemos cuando sea nuestro momento de morir? He visto a personas cerca de


mí morir de distintas maneras: desde abrir las puertas de par en par y dar una fiesta hasta cerrar las cortinas e irse en silencio, como lo había hecho Karla.  Entretenimiento Paramount+ 10%


de descuento en cualquier plan de Paramount+ See more Entretenimiento offers > Mis suegros nunca querían hablar de morir ni hacer mucho para prepararse. Mi madre hablaba de la muerte con


frecuencia y con total naturalidad, en especial hacia el final. Tenía todos los detalles preparados y delineados, pero se perdió tantas oportunidades de vivir en el momento. Hay un límite


de lo que podemos controlar. ¿Qué elegiré yo cuando sea mi turno? Es imposible de saber. DECISIONES SOBRE EL FINAL DE LA VIDA Alex Rosen (42) de Armonk, Nueva York, es una doula o comadrona


especialista en el final de la vida. Su trabajo es apoyar, guiar, acompañar y consolar a los que están en la etapa final de la vida. En las situaciones ideales, Rosen acompaña a los


pacientes desde el diagnóstico hasta la transición al final de la vida, desde su estado emocional hasta el entorno físico, que puede ser en el hogar o en un hospital. “La decisión de cómo


ser y existir al final de la vida es personal, como lo es el camino que elegimos”, dice ella. “Cuando sea posible, debe ser y sentirse tal como lo desee la persona, dentro de los límites del


sistema médico”. Parte del trabajo que realiza Rosen como comadrona es ayudar al paciente y a su familia a aceptar la muerte y procurar que se sienta como un proceso cómodo y seguro en la


medida de lo posible.  “En nuestra sociedad y nuestra cultura, hablar de la muerte es un gran tabú. Se dicen tantas cosas a nivel privado y a puertas cerradas”, señala ella. Estar vivo en


parte conlleva el entendimiento de que todos vamos a morir. Cuanto más podamos hablar de ello, mejor empezaremos a aceptarlo”. Rosen observó que últimamente ha visto muchas muertes por


cáncer, que suele ir acompañado de una sensación de incredulidad o de inhabilidad para expresar los sentimientos. Ambas reacciones son emociones muy humanas.  “Los que no hicieron planes en


caso de enfermedad o muerte pueden negar la realidad, lo cual significa que no desean hablar de ello ni compartir lo que piensan”, explica Rosen. “A muchas personas simplemente les


aterroriza la naturaleza desconocida de la muerte y suelen evitar el tema por completo”.