Cómo sobrellevar la muerte de un hijo adulto: el resultado de prestar cuidados durante años

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“Hay un dicho del Dalai Lama: ‘Si quieres que otros sean felices, practica la compasión. Si quieres ser feliz tú, practica la compasión’. Bart vivió de esa manera, pero nosotros no nos dimos


cuenta de cuán profundamente lo había hecho hasta que todos se acercaron después de su muerte y compartieron sus historias". Joel y Dayle adoptaron a Bart en Corea en 1985, cuando el


niño tenía 5 meses. Seis años después, adoptaron a su hermana Cassidy del mismo orfanato. Los dos hermanos eran muy unidos; Bart se veía como el protector de Cassidy y la había apodado “mi


ángel de la nieve”, porque ella había llegado en invierno. Entretenimiento Paramount+ 10% de descuento en cualquier plan de Paramount+ See more Entretenimiento offers > En el 2001, cuando


Bart tenía casi 17 años y Cassidy apenas 11, el auto repleto de amigos en el que él viajaba sufrió un accidente terrible. Bart estuvo en coma 30 días y sufrió una lesión cerebral


traumática.  Nueve meses después del accidente, el hospital y la escuela les aconsejaron a Joel y a Dayle que internaran a Bart en un instituto. La pareja, en cambio, se dedicó a aprender


todo lo que podía sobre las lesiones cerebrales traumáticas y algunas de las terapias alternativas existentes. Inscribieron a Bart en la escuela, medio día en educación especial con un


asistente a tiempo completo, aunque la fatiga causada por las lesiones hacía que Bart se durmiera con frecuencia en la clase. LA VIDA CON LA NUEVA NORMALIDAD Bart pudo completar la escuela


secundaria y se graduó en el 2005, dos “años muy difíciles” después que el resto de su clase. En ese momento, Cassidy cursaba el primer año de secundaria y había sido testigo de muchos


episodios y ataques de ira. Hubo algunos años en los que no quiso tener nada que ver con su hermano. Joel recuerda un día horrible en que Cassidy vio a Bart dar portazos continuos en su


dormitorio durante media hora, gritando obscenidades. “Nunca la arreglé”, dice Joel.  “Quería que fuera un recordatorio para él de lo que había sucedido”. La vida de Bart después de la


secundaria se vio impactada por lo que Joel llama “una conspiración de decencia: buenas personas que querían ayudarlo sin pedir nada a cambio”. Un sacerdote ayudó a Bart con los trámites de


ingreso a Maria College en Albany, Nueva York, pero finalmente el trabajo fue demasiado exigente. Bart vivía en un complejo de apartamentos con supervisión y continuaba con su reparación y


rehabilitación cognitiva. Lentamente, su comportamiento desinhibido —causado por la lesión cerebral— comenzó a atenuarse y pudo regular mejor sus emociones.   Al final, Bart pudo vivir solo


en un apartamento pequeño a poca distancia de la casa de sus padres.  Encontró trabajo en un bar y restaurante en Delmar, Nueva York, llamado Swifty’s. En los ocho años que siguieron, se


convirtió en un personaje adorado en el establecimiento, conectándose con todos a través de su humor característico; a veces, hasta tomaba el micrófono de manos del cantante al final de la


noche. Los clientes, a su vez, se ocupaban de él, lo llevaban hasta su casa si había mal tiempo y lo cuidaban en formas maravillosas.