Hospicios recibirán pacientes de coronavirus

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UN MENSAJE SOBRE LAS OPCIONES DE LOS PACIENTES MAYORES Por el contrario, J. Cameron Muir, médico de Capitol Caring Health, una agencia de cuidados terminales y paliativos que presta


servicios en Washington, D.C., dice que su agencia ha prestado estos servicios terminales y paliativos a por lo menos sesenta pacientes con COVID-19 en sus hogares, en las unidades de


internación del centro de cuidados terminales o en el hospital. Muir también es director de la National Partnership for Hospice Innovation, una coalición que cuenta entre sus miembros a


setenta centros de cuidados paliativos sin fines de lucro en la comunidad. Afirma que la mayoría de los centros que forman parte de NPHI se están preparando para responder a las necesidades


que impone la COVID-19 en su comunidad. También están comprometidos a disponer normas que permitan que los familiares visiten a su ser querido en los sitios administrados por los centros.


Muir señala que los médicos de cuidados terminales también encontraron maneras de usar la telemedicina, mientras que los voluntarios “han duplicado sus esfuerzos para hacer visitas


virtuales”. Sin embargo, advierte que los cuidados terminales que no se brindan en persona tienen sus límites. “A distancia no se puede dar un baño de cama, tratar una herida ni manejar las


bombas de analgesia que controlan los pacientes”, advierte. Además de brindar comodidad y cuidados paliativos durante la pandemia, Muir señala que los centros de cuidados terminales pueden


cumplir una función primordial en la divulgación de un mensaje importante sobre la atención especial que necesitan los pacientes mayores al final de la vida —y las opciones que tienen


disponibles— durante una pandemia que los golpea especialmente y para la que todavía no hay cura ni vacuna en el horizonte. Por ejemplo, señala que debemos plantear preguntas con respecto a


los pacientes de mayor edad a quienes conectan a respiradores sin considerar seriamente si ese procedimiento es realmente lo mejor para ellos. Tal como él lo describe, una visita al hospital


con síntomas graves de COVID-19 bien puede hacer que el paciente termine en la unidad de cuidados intensivos, y a medida que su situación empeora con rapidez, la decisión más rápida es


conectarlo a un respirador. No siempre hay tiempo de preguntar “¿quieres que te conectemos al respirador o no?”, dice. Desde luego que una alternativa a esa situación puede ser quedarse en


casa con el apoyo de un equipo de cuidados terminales para controlar los síntomas. “Desde la perspectiva de salud pública, nuestro mensaje es que el lugar más seguro en el que pueden estar


en estos momentos muchos adultos mayores frágiles es su propio hogar, ya sea que tengan o no un caso confirmado de COVID-19”, señala. “El mensaje principal que todavía recibimos de nuestras


familias es que desearían haber sabido antes sobre nuestros servicios”. Los cuidados terminales se crearon como una alternativa a morir en el hospital. Si bien la mayoría de las personas en


el país dicen que de ser posible preferirían morir en su casa, muchos todavía no tienen esa opción. En particular con la pandemia de COVID-19, los expertos señalan que si el paciente no


quiere terminar en un hospital, conectado a un respirador y sin poder ver a sus seres queridos puede ser necesario que informe a sus familiares y médicos esa preferencia antes de llegar a un


punto crítico. Estas instrucciones se pueden disponer por medio de instrumentos como las directivas anticipadas o las Physician Orders for Life-Sustaining Treatment (POLST, Órdenes para


médicos sobre los tratamientos de soporte vital). Beckwith señala que desde la fundación de su centro de cuidados terminales hace 41 años, el desafío ha sido “cómo lograr que la gente


escuche el mensaje de que hay una alternativa a morir en el hospital”.