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Por años, los expertos han llamado a repensar el modelo estadounidense del hogar de ancianos y reemplazar las grandes instalaciones impersonales con cientos de camas por centros más pequeños
y con menos residentes. Y ahora que las muertes por COVID-19 en los hogares de ancianos se han disparado en todo el país (en inglés), estas opciones de vivienda alternativa se ven con otros
ojos. En las últimas dos décadas han surgido cientos de hogares de ancianos y de vida asistida más pequeños, con 10 a 20 camas, en comparación con un promedio de 109 camas en los hogares de
ancianos regulares, según la Kaiser Family Foundation, con sede en San Francisco. Ciertas características que comparten parecen ayudar a en la batalla contra el coronavirus, sugieren los
primeros informes. Miles más están comenzando a hacer el cambio hacia “el diseño centrado en las personas y prácticas dirigidas por las personas, incluso modelos de hogares y casas
pequeñas”, señaló Penny Cook, presidenta y directora general de Pioneer Network, una red nacional sin fines de lucro fundada en 1997 que promueve tales modelos y filosofías. Exterior de los
hogares de Green House at Mirasol en Loveland, Colorado. CORTESÍA DE THE GREEN HOUSE HOMES AT MIRASOL HOGARES DE ESTILO FAMILIAR Una red de estos hogares sin fines de lucro, llamada Green
House Project, con 10 a 12 camas por hogar, está reportando notablemente menos casos de coronavirus y menos muertes que la mayoría de los hogares de ancianos. El proyecto, en su propio
recuento de julio de 256 hogares de ancianos, encontró solo 28 casos de COVID-19 y tres muertes relacionadas entre los residentes, y el 95% de los hogares estaban libres de COVID-19. En
total, los datos de enero al 26 de julio muestran 32.5 casos confirmados por cada mil residentes, en comparación con 146 casos por cada mil residentes en todos los hogares de ancianos
certificados. Los casos entre el personal fueron notablemente más altos que los de los residentes en junio, pero no se disponía de los números del personal en julio. Por el contrario, los
casos del nuevo coronavirus siguen aumentando en los hogares de ancianos de todo el país. Más de 468,000 casos han sido reportados desde mediados de abril, incluidas 76,270 muertes, de
acuerdo con el reporte del 18 de septiembre de la Kaiser Family Foundation (en inglés). “Cuando pienso en un buen control de la infección, creo que este modelo fue hecho para este momento”,
comentó Susan Ryan, directora sénior del Green House Project, quien agregó que el diseño de los hogares y el acceso al exterior, así como la temprana adherencia a los lineamientos de salud
federales y locales, han ayudado a muchos de sus establecimientos a frenar la propagación del virus. Ryan dijo que los miembros del personal de Green House se consideran a sí mismos
defensores de los residentes. La investigación ha demostrado que el personal dedica entre 23 y 31 minutos más por residente al día a actividades de atención directa, en comparación con las
de los hogares de ancianos estándar, dijo la portavoz de Green House Meg LaPorte. La organización, fundada en el 2003, ahora cuenta con 300 hogares en 32 estados, incluidos algunos centros
de vida asistida. “El aspecto más efectivo son las habitaciones y los baños privados para cada uno de los residentes”, afirmó Elaine Ryan, vicepresidenta de Defensa de Derechos e Integración
de Estrategias Estatales de AARP. Las primeras investigaciones han demostrado que la estructura de las habitaciones semiprivadas —o lo que ella llama “habitaciones compartidas”— fue el
factor más crítico en la propagación de las infecciones. El proyecto recibió elogios de publicaciones tan disímiles como la _revista New York_ y la _New England Journal of Medicine_ (ambos
enlaces en inglés). Action Pact, una empresa consultora nacional fundada en 1996 con sede en Milwaukee, ha dirigido una red similar, el Household Model. El primer hogar se abrió en 1997 en
Minnesota, y más de 400 hogares han adoptado un modelo que cuenta con 14 a 20 residentes, enfermeras en la plantilla y comida cocinada por encargo.