Cómo manejar conductas difíciles en personas mayores

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¿ES NECESARIO EL BAÑO DIARIO? El baño diario es parte de la rutina de muchos, pero quizás no sea la preferencia de un adulto mayor cansado o que quisiera evitar sentir frío al salir del


agua. Si no hay incontinencia fecal o urinaria, ¿es realmente necesario el baño diario? No. Si la persona no está obviamente sucia o si sus actividades son relativamente pasivas, no le hará


daño dejar de bañarse diariamente. Es importante explorar por qué tu ser querido no está motivado para mantener su aseo personal. Es posible que se sienta inseguro en el baño, que tema


resbalarse y caer, o que esté sintiendo frío. Modificar el ambiente, instalar barras de seguridad, adquirir una banca para la ducha y mantener una temperatura tibia en el baño son opciones


que pueden explorarse. Cuando ya no puede posponerse el baño, dar algún control a la persona puede ser útil. Puedes darle la opción de bañarse antes o después del almuerzo, permitir que


escoja la ropa que va a vestir o dar a escoger entre dos actividades que sabes le gustan y que harán después. Sin entrar en conflicto le das opciones y las respetas, dándole así control


sobre algún aspecto de su vida. Para un hijo que conozco, la peor parte del día para su padre era desvestirse antes de bañarse. El hijo redefinió las condiciones para ducharse: él se vestía


en traje de baño y los dos conversaban bajo el agua mientras el aseo personal se llevaba a cabo. Mientras el adulto mayor esté seguro, no hay reglas que no puedan modificarse. A LA HORA DE


CEPILLAR LOS DIENTES En ocasiones el cepillarse los dientes se convierte en un reto. Debes revisar las cerdas del cepillo —que no sean ni muy duras ni muy blandas—, revisar la boca para ver


si tiene ulceras o alguna lesión que le produzca dolor al cepillarse, y asegurar que la pasta dental o el enjuague bucal no sean demasiado fuertes y estén provocando incomodidad. Intenta


usar una pasta dental de diferente sabor o color, y cepíllate los dientes a la misma vez que la persona que cuidas. Si la raíz del problema es dolor en las articulaciones de las manos,


puedes adaptar el cepillo de dientes para hacer su mango más grueso y cómodo de agarrar. Usa algo de distracción a tu favor y pon música del agrado de la persona que cuidas a la hora de


cepillarse los dientes. CUANDO SURGEN LAS RABIETAS O LAS DISCUSIONES Es importante reconocer que para el adulto mayor y para quien lo cuida hay un cambio de roles. Quien fue el padre,


protector, y persona independiente es ahora la persona que depende de otra para muchas cosas. En el evento de conversaciones que se tornan en discusiones que van escalando, te recomiendo


hacer lo siguiente: * Escucha con mucha atención lo que dice el adulto mayor. No completes las oraciones, pero sí acepta la posibilidad de que sus momentos de silencio son para formular


respuestas. * Asegúrate de que pueda escucharte. A muchos no les gusta aceptar que no oyen bien y que están perdiendo partes de la conversación. Pronuncia las palabras más despacio y


claramente. Evita usar tonos altos (especialmente una voz aguda). * Mira al adulto mayor cuando le hables y procura no tener que competir con el volumen de la radio o televisión. * No le


hables como si fuera un niño. Infantilizar a la persona solo empeora las cosas al percibirse como un robo de dignidad. * Evita dar consejos si no te los piden. Al contrario, cada vez que


tengas la oportunidad, pide la opinión del adulto mayor y hazle saber que valoras su experiencia. * Acepta que se pueden tener opiniones diferentes sin tener que entrar en conflicto. Se


puede aprender a estar en desacuerdo respetuosamente. * Utiliza la distracción como técnica para cambiar el foco de atención. Esto es especialmente útil en las personas que viven con


demencia. LAS PATALETAS Las pataletas pueden ser muy frustrantes. En otra columna te presentaré estrategias eficaces para encarar estas situaciones cuando la persona que cuidas tiene


demencia. Cada vez que puedas, trata de reír con tu ser querido —y no a expensas suyas—; el humor puede ser muy útil para darle un giro positivo a una discusión. La risa puede ser el mejor


remedio.