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Al despertarse cada mañana, lo primero en que pensaba Elizabeth era tener que vestir y afeitar a su padre, contar las píldoras, peinarlo y persuadirlo para que se suba al auto antes de
dejarlo en su programa de cuidado diurno para adultos. A esos pensamientos le seguía casi inmediatamente la primera emoción del día: un nudo de aprensión en el estómago. Ella quería
atenderlo y se lo había prometido a él, a su madre fallecida y a sí misma. Pero al cabo de meses de seguir la misma rutina de tareas laboriosas y aburridas para cuidarlo cada mañana, se
sentía reacia a obligarse a salir de la cama antes del amanecer para repetirlo todo de nuevo. La aprensión es un estado mental común en las personas que realizan esfuerzos difíciles y
constantes, y no es necesariamente un síntoma de depresión o ansiedad. Elizabeth no sentía una tristeza abrumadora o temor, sino un desánimo e irritación intensos por las constantes
presiones del cuidado. A veces se sentía asediada por el compromiso asumido y deseaba escaparse temporalmente. "Si tan solo pudiera disfrutar un día sola en la playa",
reflexionaba. Pero nunca dejó a su padre al cuidado de otros por más de unas pocas horas. La aprensión no es sinónimo de agotamiento, aunque suele acompañarlo. Puede ser una reacción normal
y esperada que algunos cuidadores tienen, en especial cuando se alarga el tiempo de cuidado. Elizabeth no ansiaba dejar de cuidar a su padre —ese día logró sobreponerse como de costumbre—,
pero añoraba cubrirse con la manta hasta la cabeza y descansar unas horas más. Despertarse con una sensación de aprensión a veces crea culpa en los cuidadores familiares como si eso
significara que son malos parientes y que cuidan a regañadientes. Cuando no se levantaba inmediatamente con una sonrisa espontánea para su padre, ansiosa de ayudarlo, Elizabeth sentía enojo
consigo misma. Pero el hecho de que era capaz de dejar de lado el cansancio intenso para hacer lo que su padre necesitaba, de manera responsable y sistemática, era una prueba diaria de su
disciplina, devoción y amor. La aprensión es común entre los cuidadores, pero es también desagradable e incómoda. ¿Cómo podemos ayudar a los cuidadores familiares a aceptar esos sentimientos
o a superarlos lo mejor que puedan? A continuación, presentamos algunas ideas.