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APLICAR UN IMPUESTO SOBRE LA NÓMINA A TODOS LOS PLANES DE REDUCCIÓN SALARIAL En la actualidad, los empleados pagan impuestos sobre la nómina para el Seguro Social y Medicare sobre sus
aportes a las cuentas de jubilación con bonificaciones fiscales y a cargo del empleador, como los planes 401(k). Sin embargo, no lo hacen sobre lo que aportan a otros tipos de planes de
beneficios en el trabajo, como las cuentas flexibles de gastos (FSA). El cobrar impuestos sobre la nómina sobre todos esos planes de beneficios engrosaría los fondos del Seguro Social,
además de aumentar los ingresos que se tienen en cuenta para el cálculo de los beneficios del programa para los trabajadores que cuenten con esos planes de beneficios. Si contribuiste $2,000
a una FSA, tú y tu empleador pagarían el impuesto sobre la nómina de un 6.2% (o $124 cada uno) sobre ese dinero. Se estima que gravar estos planes de reducción salarial para el Seguro
Social, del mismo modo que se hace con los aportes a los planes 401(k), reduciría un 10% de la brecha de financiación. VENTAJA: el Congreso debe completar la reforma que lanzó en 1983,
cuando consideró los aportes de los trabajadores a los planes de reducción salarial 401(k) como ingresos tributables que se tienen en cuenta para calcular los beneficios del Seguro Social.
Tratar a otros planes de la misma manera sería coherente, le aseguraría al trabajador que todos sus ingresos se tendrán en cuenta para el cálculo de sus futuros beneficios del Seguro Social
y reduciría la brecha de financiación del programa. (_Virginia Reno, antes empleada de la Academia Nacional de Seguro Social_) DESVENTAJA: cambiar el tratamiento fiscal de los planes de
reducción salarial aumentaría el costo de los beneficios de salud y otros beneficios del empleado, porque los ahorros impositivos ayudan a compensar el costo de operación del plan que
afronta el empleador. Esto daría como resultado un número menor de empleadores que ofrecen estos tipos de beneficios a los empleados, y mayores pagos tributarios para millones de
trabajadores cubiertos por estos planes. (_Romina Boccia, Heritage Foundation_) CUBRIR A TODOS LOS TRABAJADORES NUEVOS QUE CONTRATEN LOS GOBIERNOS ESTATALES Y MUNICIPALES Alrededor de la
cuarta parte de los empleados de los Gobiernos estatales y municipales no están cubiertos por el Seguro Social. Más bien, estos trabajadores están cubiertos por planes jubilatorios provistos
por los Gobiernos estatales o municipales que han elegido no formar parte del programa del Seguro Social. A la luz de uno de los cambios propuestos, el Seguro Social cubriría a todos los
empleados nuevos que contraten los Gobiernos estatales y municipales. Cada uno de esos trabajadores y sus respectivos empleadores pagarían el porcentaje que les correspondiera de los
impuestos del Seguro Social sobre la nómina y los trabajadores recibirían beneficios del Seguro Social. Los trabajadores actuales de los Gobiernos estatales y municipales no se verían
afectados. Se calcula que esta propuesta reduciría un 6% de la brecha de financiación del Seguro Social. VENTAJA: el Seguro Social funciona mejor para todos cuando nos cubre a todos. El
trabajador obtiene un seguro de vida y por discapacidad sin interrupciones que llevará con él dondequiera que vaya, así como la protección de un ingreso jubilatorio básico. Cualquier pensión
a cargo de un empleador se sumará al Seguro Social. Ampliar la cobertura a los trabajadores recientemente contratados, como se hizo con los empleados federales por medio de una ley en 1983,
facilitaría la transición para los trabajadores y las jurisdicciones afectados. (_Virginia Reno, antes empleada de la Academia Nacional de Seguro Social_) DESVENTAJA: incorporar a los
trabajadores nuevos que se contraten al Seguro Social aumentaría los ingresos para el programa ahora, pero al final, el programa tendría que pagar los beneficios de esas personas. Eso
empeoraría aún más los problemas financieros del Seguro Social. Además, ciertos planes de pensiones para empleados de Gobiernos estatales y municipales que ya están subfinanciados recibirían
menos aportes y casi con seguridad necesitarían que se aumenten los impuestos estatales para poder pagar los beneficios prometidos. (_Romina Boccia, Heritage Foundation_) MEJORAR LOS
BENEFICIOS El Seguro Social brinda beneficios a los trabajadores jubilados y sus familias, a los cónyuges y personas dependientes de trabajadores fallecidos, y a los trabajadores con
discapacidades y sus familias. Esos beneficios son demasiado bajos para ciertos grupos, según algunas personas que alegan que, como parte de cualquier iniciativa dirigida a fortalecer el
Seguro Social, los legisladores deben considerar aumentar los beneficios para los beneficiarios más vulnerables. Algunas de las propuestas para mejorar los beneficios son: * Beneficios
mayores para cónyuges sobrevivientes. * Créditos por ingresos para quienes no integran la fuerza laboral asalariada porque deben dedicarse al cuidado de un hijo u otro pariente. * Un nuevo
beneficio mínimo garantizado para mantener a los trabajadores de ingresos bajos con carreras largas por encima del nivel de pobreza. Cada una de estas propuestas necesitaría de otros ajustes
a los beneficios o ingresos. Se calcula que las propuestas para mejorar los beneficios para cónyuges sobrevivientes, cuidadores y trabajadores de bajos ingresos aumentarían la brecha de
financiación del programa hasta un 10%. VENTAJA: el Seguro Social presenta las características de un plan de pensión ideal: el trabajador puede llevarlo consigo si cambia de empleo, crece al
ritmo de la inflación y dura toda la vida. Para la mayoría de los adultos mayores representa casi todo su ingreso. Sin embargo, los beneficios son modestos: $1,230 mensuales, en promedio.
Podemos permitirnos el lujo de mejorar esa cifra. Podríamos asegurar que las personas que realizan aportes por al menos 30 años no sean pobres en la jubilación, otorgarles créditos a los
padres trabajadores para la prestación de cuidados y mejorar los beneficios para sobrevivientes. También podríamos ayudar a los hijos de trabajadores fallecidos o que sufrieran alguna
discapacidad al mantener el pago de beneficios hasta los 22 años, si el hijo asiste a la universidad o escuela de capacitación. (_Virginia Reno, antes empleada de la Academia Nacional de
Seguro Social_) DESVENTAJA: los beneficios del Seguro Social son demasiado bajos para ciertos grupos y deben mejorarse como parte de una reforma fundamental del Seguro Social que reduzca los
beneficios para quienes más ganan, aumente la edad de jubilación y realice otros cambios para mejorar los recursos financieros del programa en general. De lo contrario, los costos agregados
solo aumentarían el déficit del Seguro Social y agotarían el fondo fiduciario más rápidamente, lo cual aceleraría los posibles recortes grandes de beneficios para todos, entre ellos los
grupos poblacionales más vulnerables. (_Romina Boccia, Heritage Foundation_) AUMENTAR LA CANTIDAD DE AÑOS CONSIDERADOS PARA EL CÁLCULO DE LOS BENEFICIOS INICIALES Los beneficios jubilatorios
del Seguro Social se basan en el salario promedio del historial laboral del trabajador. El salario promedio se calcula sobre la base de los 35 años de salarios anuales indexados más altos
que hayan estado sujetos al pago de impuestos del Seguro Social sobre la nómina. Si un trabajador ha trabajado menos de 35 años, para cada año que le falte para llegar a los 35 se
considerará que su salario fue nulo. Una opción para ayudar a reducir la brecha de financiamiento del programa sería aumentar la cantidad de años considerados para calcular los beneficios
del Seguro Social de 35 a 38 o, incluso, a 40. Dado que ese método incluiría, por lo general, más años de sueldos bajos, el salario promedio se reduciría y los beneficios serían menores. Se
calcula que aumentar a 38 los años a considerar para el cálculo de beneficios reduciría un 11% la brecha de financiación. VENTAJA: aumentar la cantidad de años que una persona debe trabajar
para tener derecho a recibir los beneficios completos del Seguro Social reconoce que la mayoría de las personas están viviendo y trabajando más tiempo de lo que solían en el pasado. El
método actual transmite una imagen distorsionada de los antecedentes laborales de la persona y valores inexactos para los beneficios del Seguro Social. Aumentar la cantidad de años animaría
a las personas a permanecer en la fuerza laboral por más tiempo y los consiguientes cambios pequeños en los beneficiosayudarían a preservar el Seguro Social para todos. (_Romina Boccia,
Heritage Foundation_) DESVENTAJA: esta propuesta reduciría más que nada los beneficios de las personas que más los necesitan: mujeres y jubilados de bajos ingresos, de menor nivel educativo
y de las minorías. No solo reduciría los beneficios para los trabajadores jubilados, sino también para las personas a su cargo y los sobrevivientes. Los beneficios del Seguro Social son
modestos y ya se están recortando a medida que aumenta la edad de jubilación. Podemos permitirnos el lujo de preservar, mejorar y pagar los beneficios del Seguro Social que los trabajadores
actuales se están ganando al pagar sus impuestos del Seguro Social. (_Virginia Reno, antes empleada de la Academia Nacional de Seguro Social_) COMENZAR A REALIZAR EVALUACIONES DE RECURSOS E
INGRESOS PARA EL OTORGAMIENTO DE BENEFICIOS DEL SEGURO SOCIAL Los beneficios del Seguro Social siempre se han pagado a todo aquel que haya aportado al sistema y cumpla los requisitos
laborales y de edad. Eso, sin considerar cualquier otro ingreso —inversiones, pensiones, ahorros— que la persona reciba además de los beneficios del Seguro Social (pese a que una parte de
los beneficios del Seguro Social es gravable si el ingreso total supera un nivel determinado). Una opción para ayudar a cerrar la brecha de financiación del Seguro Social es realizar
“evaluaciones de recursos e ingresos”. Esto reduciría los beneficios para los beneficiarios de ingresos altos, y hasta podría eliminar por completo los de los hogares con los ingresos más
elevados. Contrariamente a lo contemplado en la alternativa para reducir los beneficios de quienes más ganan, que recurre a la cuantificación del salario promedio para reducir los
beneficios, la evaluación de recursos e ingresos recortaría los beneficios en función de toda la gama de ingresos actuales. A quiénes afectaría y en qué medida lo haría dependerá del modo en
que se definan los niveles de ingresos. Una de las versiones de evaluación de recursos e ingresos propuestas reduciría un 10% de la brecha de financiación. VENTAJA: en una época en la que
los costos de los beneficios están superando cada vez más los fondos que el programa recibe, el Seguro Social no puede seguir pagando beneficios a todos los jubilados, sin importar qué otro
ingreso de jubilación tengan. En su lugar, el programa debe proporcionar beneficios mensuales solo a los jubilados que reciban menos de un determinado ingreso anual adicional al Seguro
Social. El Seguro Social seguiría siendo un seguro contra la pobreza en la jubilación para todos, pero dedicaría sus beneficios a aquellas personas que verdaderamente los necesiten. (_Romina
Boccia, Heritage Foundation_) DESVENTAJA: la evaluación de recursos e ingresos transformaría el Seguro Social de un derecho adquirido a un subsidio. Te penalizaría si ahorraste o tienes
derecho a una pensión, porque ese ingreso reduciría tu Seguro Social, y sería más costoso administrarlo. El Gobierno tendría que controlar rutinariamente tus ingresos y activos para ajustar
tus beneficios. La evaluación de recursos e ingresos equivaldría a un incumplimiento del compromiso contraído con los trabajadores que se ganaron sus beneficios al aportar al sistema a lo
largo del tiempo. (_Virginia Reno, antes empleada de la Academia Nacional de Seguro Social_).