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RESERVA FONDOS PARA CUBRIR LAS NECESIDADES DE VIVIENDA. Loverde dice que en el caso de las personas sin hijos, cuanto antes comiencen a pensar y planificar la vivienda para la jubilación,
mejor es. Podrías apartar ahorros para futuras renovaciones en tu hogar (como una rampa o una ducha a ras del suelo) a fin de poder envejecer allí en forma segura, o para cubrir los costos
de una mudanza si necesitas mudarte (por ejemplo, a un lugar sin escaleras). Las comunidades de cuidados continuos para jubilados (CCRC), también llamadas comunidades de plan de vida, pueden
"ser un gran lugar donde envejecer si no tienes hijos", dice Loverde, porque ofrecen diferentes niveles de atención, desde vida independiente hasta vida asistida y cuidados de
enfermería, en un solo lugar. Normalmente requieren un gran pago inicial, pero Loverde dice que está viendo que personas más jóvenes "comienzan a hacer depósitos [en comunidades CCRC]
para asegurar su lugar". AHORRA PARA NECESIDADES SOCIALES. Si anticipas envejecer solo, piensa ahora en cómo podrías mantenerte conectado con otras personas. Eso podría significar
ahorrar dinero para tomar clases locales, hacer viajes compartidos para trasladarte y mejorar tu tecnología para que puedas asistir a reuniones virtuales. MAXIMIZA EL AHORRO PARA LA
JUBILACIÓN. Los investigadores federales estiman que los padres gastan más de $230,000 en promedio para criar a un hijo hasta los 18 años. Irwin recomienda disponer el dinero que no estás
gastando en los niños y maximizar las contribuciones a las cuentas de ahorro jubilatorio para "asegurar la financiación completa de tu jubilación". Para el año fiscal 2025, las
personas de 50 años o más pueden depositar hasta $8,000 en una cuenta individual de jubilación (IRA), y la mayoría de los trabajadores en ese grupo de edad pueden contribuir hasta $31,000 a
un plan de ahorro en el lugar de trabajo, como una cuenta 401(k), 403(b) o 457. Quienes tienen entre 60 y 63 años pueden contribuir aún más —hasta $34,250— a los planes de ahorro en el lugar
de trabajo. PIENSA EN TU LEGADO La planificación patrimonial se ve diferente para las personas sin hijos. Es posible que tengan más ingresos disponibles porque no han tenido que pagar los
costos de criar hijos, pero también pueden sentir menos urgencia sobre lo que sucede con su riqueza cuando no hay herederos obvios. "Hay esta percepción de que un plan de sucesión está
destinado a dejarles activos a los hijos", dice Irwin. "Si bien eso es cierto, también es cierto que realmente dirige y te da control sobre adónde van tus bienes". "Ser
proactivo en la planificación de bienes es especialmente importante para las parejas que no tienen hijos", agrega Irwin, porque, en ausencia de un testamento, las leyes estatales de
sucesión determinarán quién hereda tus posesiones. "Para muchas personas eso no tiene sentido", dice Irwin. “Pueden querer beneficiar a su alma máter, a las organizaciones
benéficas que las inspiran. O a sus amigos, o a sus sobrinos. Esto es crítico para ellos, porque la distribución por defecto seguramente no reflejará lo que les gustaría que sucediera.
Zigmont, cuya práctica de planificación financiera se centra en personas sin hijos, realiza un ejercicio con los clientes que tienen bienes para dejar pero no están seguros de qué hacer con
ellos. Cuando un padre muere, señala, la segunda línea de su obituario a menudo lista a las personas que deja atrás. "Entonces, les preguntamos a nuestros clientes: '¿Qué quiere
que diga esa segunda línea de su obituario?'", dice Zigmont. Una vez que el cliente tiene una respuesta, le aconsejamos: "Dirija su dinero hacia eso".