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“Todos nos vemos afectados por el costo de vida en aumento”, dice Hector Madueno, gerente de educación financiera en SAFE Credit Union en el norte de California. Aunque doloroso para todos
los consumidores, los precios más altos son más fácilmente absorbidos por las personas en la fuerza laboral porque los salarios generalmente aumentan al mismo ritmo que los precios. “Los
jubilados tienen menos probabilidades de tener este beneficio”, dice Fred Perez, director de préstamos en la First City Credit Union del sur de California. Entretenimiento Juegos de AARP
Juegos y rompecabezas gratis en línea, incluidos los clásicos de Atari See more Entretenimiento offers > Las tasas de interés ultra bajas que estaban en vigor antes del pico de la
inflación también contribuyeron a una mayor deuda al impulsar a más propietarios mayores a aprovechar su capital acumulado en la vivienda. “Parte de por qué estamos viendo más deuda
hipotecaria a edades mayores es que ha cambiado la naturaleza de cómo las personas manejan su deuda a lo largo de la vida”, dice Lori Trawinski, directora de Finanzas y Empleo del Instituto
de Política Pública de AARP. “Se han desarrollado muchas más oportunidades de refinanciamiento que no existían en las décadas de 1960 y 1970, así que ahora es más raro que alguien no
refinancie su hipoteca si ha estado en su casa mucho tiempo”, dice ella. “Las personas se han acostumbrado mucho más a pagar una hipoteca hasta sus años de jubilación”. Las hipotecas
representan aproximadamente tres cuartos de la deuda que tienen las personas mayores de 70 años en el país, según un informe de mayo del 2024 de la Reserva Federal de Nueva York. LEGADO DE
LA RECESIÓN Los economistas y asesores financieros tienden a segmentar la deuda en categorías “buenas” y “malas” de manera general. Las deudas de bajo interés y tasa fija, como las
hipotecas, generalmente se consideran menos preocupantes que las deudas de alto interés y rotativas, como el saldo de una tarjeta de crédito. Como asesor crediticio después de la Gran
Recesión, Athas vio a las personas depender de las tarjetas de crédito después de perder sus trabajos. Los trabajadores mayores en sus años de máximos ingresos lucharon para reincorporarse a
la fuerza laboral y alcanzar su antiguo salario. Para muchos, el resultado fue una herencia de deuda. Las altas tasas de interés actuales están agravando eso, dice: “Si tienen un saldo
pendiente y no lo pagan, se les aplica una buena cantidad de intereses sobre esa deuda”. Casi la mitad de los boomers tienen deudas de tarjetas de crédito y casi dos tercios las han tenido
durante más de un año, según una encuesta de Bankrate del 2024 (en inglés). Incluso las llamadas deudas buenas, como los préstamos hipotecarios, pueden representar una amenaza única para los
prestatarios mayores porque tienen menos opciones para aumentar sus ingresos si tienen dificultades para hacer los pagos. Casi el 40% de las personas mayores de 80 años pagan al menos el
30% de sus ingresos en vivienda, en comparación con el 32% de la población en general, dice Jennifer Molinsky, directora del Housing and Aging Society Program en el Harvard Joint Center for
Housing Studies. Los prestatarios que ya han utilizado el valor líquido de su casa o han sacado préstamos para manejar deudas antiguas sin cambiar sus hábitos de gasto corren el riesgo de
hundirse más, dice Perez. “No reducen sus gastos. Esa es una preocupación particularmente problemática”.