¿te arruina los mensajes el autocorrector?

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Hace poco, Barry Sands recibió un curioso mensaje de un colega: “my power and wife just went out” (Se me ha ido la luz y mi esposa), decía el mensaje. Sands, vicepresidente sénior de una


agencia de experiencia del cliente de Nueva York, dice que el remitente se dio cuenta rápidamente del error y le dio seguimiento. La palabra “wifi” había sido sustituida erróneamente por


“wife” (esposa). El episodio se debe a un problema demasiado familiar: el autocorrector es rebelde. El objetivo de la función de autocorrección es sugerir automáticamente correcciones


ortográficas o gramaticales en los correos electrónicos, mensajes de texto y otros documentos que se escriben en un teléfono o computadora. Pero como Sands y muchas otras personas han


descubierto a lo largo de los años, el autocorrector a menudo presenta su propio tipo de errores —algunos cómicos, otros vergonzosos, otros mortificantes y otros que son, ejem,


impresentables—. Mi colega Jefferson Graham dice que cuando los fotógrafos se refieren a una foto, generalmente lo hacen en el contexto de una “shot” (una toma) que han capturado. Pero


Graham, que también es fotógrafo, dice que muchas veces la “o” de la palabra se sustituye por otra vocal. Lo dejaremos a tu imaginación, si sabes inglés. TU TECLADO PUEDE TENER UNA MENTE


PROPIA A veces, la omisión de una letra en una palabra puede cambiar por completo el tono y, por desgracia, resultar involuntariamente sugerente. El autocorrector también masacra los


nombres. “Una vez envié un mensaje a una persona llamada Sophia, y el autocorrector cambió su nombre a ‘dope’ (drogas)”, dice Julianne Slovak, una escritora independiente del área de Nueva


York. Y a menudo la “corrección” no tiene ningún sentido, como cuando hace poco escribí un correo electrónico en Microsoft Outlook y “hot tub” (jacuzzi) se cambió extrañamente a “hit run”


(atropello). El problema es tan frecuente que un grupo de errores de autocorrección en Facebook tiene cerca de 11,400 miembros. Ofrece un “lugar para publicar esos percances —a veces


vergonzosos e inapropiados, pero siempre graciosos— cometidos por esa función de autocorrección que a todos nos encanta odiar”. Un usuario publicó una imagen con la frase: “Espero que la


persona que inventó el autocorrector arda en el invierno”. La cuenta “damnyouautocorrect” (maldito autocorrector) en Instagram muestra imágenes de otros ejemplos atroces y tiene 22,600


seguidores. LA ETIQUETA DE LAS AUTOCORRECCIONES ¿Debes señalar un error de autocorrección momentos después de descubrir que has enviado un mensaje con uno? O, mejor aún, ¿deberías preguntar


por ese error en un mensaje que alguien te ha enviado? “Si no puedes averiguar cuál es la versión correcta, entonces creo que [debes decirle algo a la persona]”, dice Lizzie Post,


tataranieta de Emily Post y coautora de Emily Post Etiquette, The Centennial Edition. También tiene sus propios problemas con el autocorrector. “Por alguna razón mi autocorrector no quiere


reconocer T-O-O (también) como una palabra”, dice. “Todo es simplemente T-O (hacia, para), y tal vez intente T-W-O (dos)”. Pero basándose en el contexto, “es bastante fácil de descifrar y


averiguar lo que alguien quiso decir realmente”. Otro error común: ese famoso error de contracción cuando “its” (su) se convierte en “it's” (es) y viceversa. La mayoría de las personas


pueden identificarse con estos errores, ya que probablemente se hayan topado con ellos. Pero la elección de señalar o corregir una autocorrección también depende de la persona con la que te


estás comunicando. ¿Esta persona tiene sentido del humor? ¿Es un amigo o pariente cercano o alguien con quien quieres tener una relación? No querrás que un futuro empleador piense que eres


descuidado o poco profesional. Pero tampoco hay que exagerar. “En mis contactos de negocios, no reenvío 10 correos electrónicos para corregir un error tipográfico”, dice Post. “Quieres ser


tolerante, y los negocios son un lugar donde no quieres cometer errores. Creo que hay un equilibrio entre esas dos cosas”. Todos escribimos a veces de forma apresurada y descuidada, y


tendemos a pulsar el botón de enviar antes de tiempo. Esto también se aplica al dictado de un correo electrónico o un texto. El mejor consejo es ir más despacio y revisar los mensajes antes


de enviarlos.