Ideas para la cena de acción de gracias con y sin pavo

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PASO 3 Precalienta el horno a 425 ºF. Usa un cuchillo para separar parcialmente las piernas del cuerpo del pavo. Esto acelerará el tiempo de cocción. PASO 4 No pongas el relleno en la


cavidad del ave o en un plato aparte. En su lugar, toma una espátula e inserta el relleno cuidadosamente entre la piel de una de las pechugas y la carne que se encuentra debajo. Cuando la


parte suave de la espátula abra camino, usa la mano, lentamente (para no rasgar la piel) hasta el otro extremo del ave. Repite del otro lado. Con ambas pechugas separadas de la piel, inserta


el relleno dentro de estos bolsillos hasta que estén llenos. Desde el exterior, dale forma al relleno para imitar los contornos del pavo. No solo la humedad del relleno (si tu receta solo


utiliza ingredientes secos, busca otra, porque nadie querrá comerlo) actuará como adobo automático, sino que esta nueva capa ralentizará el tiempo de cocción de la carne de pechuga para que


coincida con la carne oscura de la pierna y el muslo, de cocción más lenta. También hará que tu pavo se vea mucho más grande. PASO 5 Toma una o dos naranjas "navel" (de ombligo) y


caliéntalas en el microondas durante unos minutos. Retíralas, pincha la fruta con un tenedor e introdúcela junto con dos ramitas de romero en la cavidad vacía del pavo. PASO 6 Enrolla un


hilo de algodón alrededor de las piernas (opcional). Frota el exterior del pavo con aceite de oliva, luego salpimienta la piel. PASO 7 Cuando metas el pavo en el horno, baja la temperatura a


350 ºF. Cocina por 15 minutos por libra para el pavo fresco, 18 minutos por libra para las aves que estuvieron congeladas. Durante la última hora de cocción, haz una tienda sobre el pavo


con papel de aluminio. PASO 8 No lo cortes apenas saques el ave del horno. El sabor del pavo es sutil. Si lo sirves caliente, casi no tiene sabor. Déjalo reposar fuera del horno (pero debajo


del papel de aluminio) durante 20 minutos. Nada arruinará tus esfuerzos por servir un pavo sabroso y de buen aspecto más rápido que un cuchillo desafilado. Invierte en un buen cuchillo


afilado. Valdrá la pena. No es necesario quitar el relleno. Corta el pavo en rodajas como de costumbre, y sirve el relleno y la carne juntos.  Si alguien en la mesa exclama "qué suerte


que este pavo no esté 'seco'", empuña el cuchillo una vez más. Da las gracias por la receta. ¡Y felices fiestas!