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Las dificultades en las relaciones de los padres tienen impacto en sus hijos adultos, incluso para aquellos que viven solos. La influencia no siempre es negativa. Los padres que "tratan
de resolver el conflicto, en vez de cargar con él por semanas", les enseñan a sus hijos que ninguna relación está libre de dificultades, dice Christine R. Keeports, estudiante de
doctorado en psicología en Northern Illinois University. "Los niños se benefician porque ellos también están lidiando con conflictos". Y también podría librar a los hijos de
mayores niveles de ansiedad y depresión, según lo que informó Keeports en su estudio "_I Wish My Parents Would Stop Arguing_" (Quisiera que mis padres dejaran de pelear) publicado
en el _Journal of Family Issues_. No obstante, ciertos conflictos no se pueden resolver. El increíble aumento de los "divorcios de adultos mayores" después de dos o más décadas de
matrimonio significa que más adultos jóvenes enfrentan un cambio en la situación familiar. La escritora de la generación del milenio Jenny Kutner compartió una reveladora perspectiva sobre
los divorcios que ocurren más adelante en la vida en _What Nobody Tells You About Being an Adult Child of Divorce_ (Lo que nadie te dice acerca de ser un hijo adulto de un divorcio) en el
sitio web Mic. A raíz del divorcio de sus propios padres el año pasado, después de 25 años de matrimonio, se dio cuenta de que todos los miembros de la familia sufren a causa de los
divorcios, aunque no lo demuestren y lo hagan de forma tan diferente. "La razón por la cual yo no estaba tan visiblemente molesta era porque habría sido extremadamente debilitante y no
habría podido hacer mi trabajo, que es algo que como adulta tengo que hacer", nos dice. Si bien ella entiende las razones del divorcio ("el matrimonio de mis padres no falló; se
terminó"), sus propias opiniones sobre el matrimonio y las relaciones se han visto influenciadas. "El matrimonio nunca ha sido una prioridad, y el divorcio realmente solidificó esa
idea después de haber visto lo que sucedió", agrega. "La monogamia para toda la vida es irreal en el mundo en que vivimos". Kutner anticipa cómo el divorcio de sus padres
cambiará sutilmente su vida: pocos encuentros simultáneos con ambos padres e hijos, si los tiene, que nunca conocerán a sus abuelos maternos como una unidad. Una importante consecuencia de
pasar por el divorcio de sus padres fue verse arrastrada a la situación. Ella y su hermana, sin quererlo, se convirtieron en "confidentes adultos" que sirvieron como caja de
resonancia para ambos padres y les proporcionaron apoyo emocional. "Es realmente una situación tensa porque como hija estás de duelo y lidiando con tus propias emociones sobre el final
de esta relación y la manera en que cambiará a tu familia", comenta. Kutner advierte a los padres que respeten la relación padres-hijos. "Hay límites que deben establecerse",
dice ella. "Hablen con su hijo adulto respecto a esos límites y no los crucen".