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Getty Images Los pros pesan más que los contras cuando se trata de tener un poder a la mano que permita a los padres tomar decisiones por los hijos en caso de emergencias. In English | Sheri
Iannetta Cupo recibió la llamada que temen todos los padres. A su hijo de 20 años lo habían llevado de emergencia al hospital porque tuvo un accidente de motocicleta. Dominic, el hijo de
Cupo, se encontraba en Worcester, Massachusetts, a cuatro horas de distancia. Aunque estaba lúcido, fueron necesarias varias llamadas tensas antes de que Cupo pudiera comunicarse con él en
la sala de emergencias. ¿TE GUSTA LO QUE ESTÁS LEYENDO? RECIBE CONTENIDO SIMILAR DIRECTO A TU EMAIL. Por suerte, Cupo, de 57 años y de profesión en finanzas, radicada en el norte de Nueva
Jersey, estaba preparada para este tipo de emergencias. Dominic y su hermano, Devon, tienen directivas médicas anticipadas que la nombran como su apoderada para la toma de decisiones
médicas. Cupo contrató a un abogado para que las preparara cuando sus hijos cumplieron 18 años. Ella les explicó por qué era necesario el documento (en inglés) y mencionó que se podía
cambiar al titular o apoderado en el futuro al nombre del cónyuge, hermano o mejor amigo. RELACIONADOS * Cómo afecta el divorcio a los hijos adultos * Mujeres de 50 años o más que deciden
ser madres * Trivia: ¿Estás preparado para enfrentar el futuro? HAZTE SOCIO DE AARP – Beneficios, información y descuentos exclusivos. También les pidió que firmaran poderes notariales
duraderos, los cuales la autorizan a manejar sus asuntos financieros si ellos están incapacitados. Además, si fuera necesario, Cupo tiene acceso a las contraseñas para las cuentas
financieras de sus hijos. “Si hace falta pagar las cuentas en línea, necesitas las contraseñas”, dice. Afortunadamente, no hizo falta, ya que Dominic se está recuperando bien de sus
lesiones. Sin embargo, resulta prudente estar preparado para las emergencias médicas de tus hijos adultos. Una ley federal de salud conocida como HIPAA (en inglés) prohíbe que los
proveedores de atención médica compartan información con alguien, incluso los padres, sin permiso del paciente. Si el paciente está inconsciente, las directivas médicas anticipadas permiten
que se comparta información con el apoderado para la atención médica. Si bien los profesionales médicos, a su discreción, pueden decidir compartir información del paciente sin su permiso,
algunos con “aversión al riesgo” no lo harán, dice Jane Hyatt Thorpe, profesora en la Milken Institute School of Public Health de George Washington University. Thorpe sugiere que todos,
independientemente de su edad, deberían tener directivas médicas anticipadas, las cuales además incluyen un testamento vital, que expresa por escrito los tratamientos que deseas recibir bajo
ciertas circunstancias médicas. Pueden ser preparadas por un abogado o descargarse de internet. Con todo, advierte Thorpe, estos documentos son “solo tan sólidos como el papel en el cual
están escritos, y si tu hijo no los lleva consigo en el momento de un accidente, entonces no son útiles de inmediato”. Como respaldo, Thorpe y sus familiares tienen una aplicación ICE (en
caso de emergencia) en sus teléfonos inteligentes, que permite tener acceso al nombre, el contacto para emergencias y otra información, sin tener que usar una contraseña. Los adultos de la
generación del milenio sin pareja también deberían pensar en tener disponibles estos documentos y una lista de contraseñas. Explícales que no estás tratando de interferir en sus vidas, sino
que intentas planificar para el peor de los casos. Eso fue lo que ocurrió en noviembre cuando la escritora Janie Emaus llevó a su hija de treinta y tantos años a un hospital de Los Ángeles
para que la operaran de la rodilla. A Emaus le sorprendió cuando su hija adulta le dio su contraseña para el celular. Como muchos de la generación del milenio, su vida estaba en el teléfono
—fotos familiares, contraseñas, notas personales para sus hijos— y ella quería que su madre tuviera acceso a ellos si algo pasaba. El incidente inspiró a Emaus, quien maneja los asuntos
financieros para su madre anciana, a organizar sus propias listas escritas a mano, las cuales compartió con su hermana. Ahora está recopilando lo que el Wall Street Journal llamó “la lista
para circunstancias catastróficas” (en inglés), que contiene contraseñas e información personal crítica para ella misma y su esposo, a fin de compartirla con sus hijos adultos en caso de
emergencia. Más allá de las contraseñas y los permisos, también es bueno tener los números de teléfonos celulares de algunos de los amigos cercanos de tu hijo adulto. Cupo los tenía y pudo
comunicarse con una de las amigas de su hijo, quien pudo llegar al hospital de inmediato. “Mi hijo tuvo una cara conocida acompañándolo en su habitación, y ella pudo darnos información
mientras conducíamos hacia allá”. TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: * HERRAMIENTAS ESCENCIALES PARA PERSONAS MAYORES * CÓMO MANTENER LA CASA DE VACACIONES EN FAMILIA * REWARDS FOR GOOD: REGÍSTRATE
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