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ESCÁNDALOS Y ADICCIONES La carrera de Maradona estuvo atravesada por las adicciones y los escándalos. El Pibe de Oro dio positivo en control de dopaje en tres ocasiones. La primera en 1991,
jugando para el Napoli, tras detectarse cocaína en su orina. Recibió una suspensión de 15 meses. Tras ese episodio admitió su adicción a la cocaína. La segunda ocasión fue en el Mundial de
Estados Unidos por consumo de una sustancia prohibida para mejorar el rendimiento. “Me cortaron las piernas”, declaró en aquel entonces. Fue su última Copa del Mundo. En 1997 trascendió otro
dopaje positivo, pero antes de que se publicara la sanción Maradona anunció el retiro. “Con mi enfermedad yo le di ventajas al fútbol”, declaró Maradona en una entrevista televisiva en
septiembre de 2014.”¿Sabés qué jugador hubiese sido si no hubiese tomado droga? Un jugador de la p... madre”. En el 2000 fue hospitalizado al borde de la muerte y en 2004 corrió la misma
suerte por problemas cardíacos atribuidos al uso de drogas prohibidas. Durante varios años estuvo radicado en Cuba para recibir tratamiento en un programa de desintoxicación en La Habana.
Allí, frecuentó a quien consideró su amigo, el líder cubano Fidel Castro. Como tributo a Castro y al revolucionario de origen argentino Ernesto “Che” Guevara, Maradona se tatuó sus rostros
en un brazo y en la pierna. En 2005 se sometió a un bypass gástrico en Colombia, perdiendo cerca de 50 kilogramos antes de aparecer como presentador de un popular programa de entrevistas de
televisión argentina, “La noche del 10″. Con el paso de los años su salud siguió siendo un motivo de preocupación. El último episodio fue a principios de noviembre de este año, pocos días de
cumplir los 60. Se le detectó un edema craneal poco después de ser hospitalizado con una descompensación que se atribuyó al consumo de estupefacientes con alcohol. Fue operado con éxito y
recibió el alta médica, pero su corazón dijo basta. Maradona no trepidó a la hora de las críticas, las que disparó a diestra y siniestra, entre otros contra gobiernos varios, el Papa Juan
Pablo II y la FIFA. “Joao Havelange no tiene que ser presidente de la FIFA”, dijo Maradona en 1990 cuando reinaba el brasileño. “Solo es un gordito que sabe de waterpolo y que no tiene nada
que ver con el fútbol”, agregó Maradona aludiendo al pasado de Havelange como jugador y dirigente de waterpolo. Apoyó con entusiasmo la elección del actual presidente Gianni Infantino e
incluso se sumó con embajador FIFA, pero en 2020 renunció por diferencias con el máximo dirigente. Entre otros problemas judiciales, Maradona fue detenido en Buenos Aires en 1990 por
posesión de drogas y estuvo una noche en prisión. En 1999 a dos años de cárcel en suspenso por agredir en 1994 con un rifle de aire comprimido a varios fotógrafos que montaban guardia en su
casa de fin de semana, en las afueras de la capital argentina. En el retiro, Maradona también se hizo más abierto y polémico: se unió a una protesta de izquierda al margen de la Cumbre de
las Américas en 2005, en Mar del Plata junto al presidente venezolano Hugo Chávez para denunciar la presencia del presidente estadounidense, George W. Bush. “Maradona ha sido uno de los
grandes artistas de mi tiempo”, destacó Víctor Hugo Morales, un popular relator uruguayo que le puso voz al segundo gol de Maradona a los ingleses en 1986. “Como los maestros de la música y
de la pintura, ha desafiado nuestro intelecto, ha enriquecido el espíritu, se nos ha anticipado en la percepción del mundo que nos rodea. Nadie me ha emocionado a más y me dejó en tal
asombro como Diego”.