El actor de hollywood alan alda vive con parkinson

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¿TIENE ALGÚN CONSEJO SOBRE CÓMO SALIRNOS DE NUESTRAS PROPIAS BURBUJAS? Los científicos a quienes he entrevistado me dicen que es buena idea compartir la información que sabes que es correcta


con quienes están afuera de tu círculo. Si conoces a alguien con quien por lo general no te comunicas y que tiene su propio círculo, intenta incluir a esa persona, para poder extender


nuestro alcance con información verdadera y además con apoyo. La salud mental es tan importante como la física; están entrelazadas. Estoy hablando como si fuera un experto, pero solo lo he


estado estudiando durante 25 años. CUANDO ERA NIÑO, SE RECUPERÓ DE POLIO. ¿QUÉ RECUERDA DE ESA EPIDEMIA? Me enfermé cuando tenía 7 años. Tenía la nariz tapada y estuve moqueando toda la


noche, mientras estaba en el cine Warner’s. No podía destaparme la nariz. Cuando regresé a casa, vomité y me costaba trabajo caminar. Al día siguiente, tenía el cuello rígido y no podía


sentarme en la cama. Mis padres llamaron al médico, fuimos al hospital y me hicieron una punción lumbar. Estuve hospitalizado por dos semanas y luego durante unos seis meses me hicieron un


tratamiento ideado por Elizabeth Kenny, la famosa enfermera de Australia. Cada hora, me envolvían las extremidades en mantas casi hirviendo. Fue duro para mí. Creo que fue más difícil para


mis padres, quienes no pudieron contratar a un enfermero y tuvieron que torturarme ellos mismos. Siempre es mejor pagarle a alguien para que torture a tu hijo.  PARECE QUE LA ENFERMEDAD DE


PARKINSON NO LO HA HECHO BAJAR MUCHO EL RITMO, O CASI NADA. ¿CUÁNDO SUPO QUE LA TENÍA? En el 2015, leí un artículo escrito por Jane Brody en _The New York Times_, en el que un par de médicos


dijeron que algunos de sus pacientes con la enfermedad de Parkinson tenían un síntoma inicial específico que es poco usual: la gente actúa sus sueños mientras están dormidos. Me di cuenta


de que acababa de hacer justo eso. Soñé que alguien me atacaba, y en el sueño le lancé un saco de papas. En realidad, le había lanzado una almohada a mi esposa. Por eso, porque creía que era


muy probable que tuviera la enfermedad de Parkinson, fui a consultar a un neurólogo y le pedí que me hicieran una tomografía del cerebro. Me examinó y dijo: “No creo que necesites una


tomografía, porque no tienes ningún síntoma”. Dije: “Bueno, de todos modos, me gustaría que me hagan una tomografía”. Luego me llamó y dijo: “Es verdad, eso es lo que tienes”. INCREÍBLE.


¿CUÁL FUE SU REACCIÓN? Comencé a hacer ejercicio. Muchos se enteran de que tienen la enfermedad de Parkinson, se deprimen y se dejan llevar por el pánico, y no hacen nada, solo esperar que


se les quite. No sucederá, pero puedes aplazar los peores síntomas. Los movimientos ayudan: caminar, montar bicicleta, usar cintas caminadoras. Pero también cosas específicas: me muevo mucho


al ritmo de la música. Una persona capacitada para tratar la enfermedad de Parkinson me da clases de boxeo. Hago una tanda completa de ejercicios diseñados específicamente para esta


enfermedad. Si te diagnostican esto, no es el fin del mundo. HA INCORPORADO LA ENFERMEDAD DE PARKINSON EN PAPELES QUE DESEMPEÑÓ EN LA PELÍCULA _MARRIAGE STORY_ Y EN EL PROGRAMA TELEVISIVO


_RAY DONOVAN_._ _EL TEMBLOR DE ESE PERSONAJE ERA PEOR QUE EL SUYO, ¿NO ES CIERTO? Cuando me filmaban la mano en primer plano, se supone que debía temblar, así que tuve que fingirlo. La mano


no me temblaba tanto; ahora podrían grabar varios temblores.  HAN PASADO CASI 40 AÑOS DESDE QUE TERMINÓ _M*A*S*H_. ¿CREE QUE UN MUJERIEGO PARRANDERO COMO HAWKEYE PIERCE PODRÍA SOBREVIVIR EN


LA TELEVISIÓN EN LA ACTUALIDAD, EN LA ERA DEL MOVIMIENTO #METOO? Hasta en aquella época, como probablemente sabes, yo era un feminista muy franco y no solo hablaba de eso. Intentaba, desde


todo punto de vista, trabajar en mi vida con esa perspectiva. En _M*A*S*H_, incluso antes de empezar a grabar, tuvimos muchas discusiones para ayudar a cambiar la visión sobre el personaje


del enfoque de un muchacho de escuela. Pude ganar muchas de esas discusiones, pero perdí algunas y lo siento mucho. Ese personaje fue un producto de los tiempos y fue aceptado por la


cultura, en particular por los hombres. No tanto por las mujeres. Por suerte, ahora es difícil defender ese tipo de comportamiento ofensivo. No se da por sentado que sea aceptable y eso es


progreso. Michael Kovac/Getty Images ARLENE Y USTED SE CASARON HACE 63 AÑOS. ¿CUÁL ES SU SECRETO? La respuesta de Arlene es que el secreto para un largo matrimonio es tener mala memoria. ¿Mi


respuesta? Amor. Hasta cuando le estás gritando a esa persona —y le gritarás—, no te olvides de que esa es la persona a quien amas más que nada. Eso te cambia el tono. Por eso, no dices:


“¡Te odio!”. Dices [Alda empieza a cantar]: “Te o-o-o-o-dio”. TIENE TRES HIJOS Y SIETE NIETOS. ¿SE SIENTE OPTIMISTA SOBRE SU FUTURO? Con un mundo que cambia tan rápido, no tiene sentido ser


optimista ni pesimista sobre nada. Solo hay que navegar la incertidumbre, porque eso es todo lo que tenemos. Una pregunta que realizo cuando cenamos con amigos es: “¿Cuánto tiempo creen que


durará nuestra especie?”. Los científicos me dicen que la especie promedio, cuando tienes en cuenta a los dinosaurios, a las moscas de la fruta y todo, dura unos 2 millones de años.


Entonces, mi pregunta es: ¿Creen que seremos lo suficientemente afortunados para llegar al promedio? Si no tenemos cuidado, podemos extinguirnos. Y si no somos lo suficientemente


inteligentes para cuidar lo que nos brinda la naturaleza, ¿quién sabe cuánto duraremos? ENTONCES, ¿QUÉ ES LO MEJOR QUE PUEDEN HACER LOS SERES HUMANOS? ¡Reírse! La risa es buena. Ese es uno


de los mayores beneficios de este aislamiento. Mi esposa y yo nos reímos más que nunca. Cuando te ríes, eres vulnerable. Te abres y no te proteges. Es por eso que muchos ejecutivos no se


ríen mucho, porque creen que renuncian a su fuerza. Pero se gana tanto por medio de la vulnerabilidad. Dejas entrar a la otra persona y eso nos acerca más a todos. Incluso ahora, no


deberíamos tomarnos demasiado en serio. Un buen amigo me mandó hace poco un correo electrónico que decía: “Alan, ¿cómo te va? ¿Qué tal todo?”. Así respondí a su correo: “Todavía estoy vivo.


Si eso cambia, te avisaré”.