Cuando muere un cónyuge, la calificación crediticia puede verse afectada

feature-image

Play all audios:

Loading...

Poco después de que el esposo de Dolores Tighe muriera en diciembre del 2023, su dolor comenzó a verse marcado por cartas de bancos y llamadas de extraños que le hacían preguntas sobre sus


finanzas. Tighe, de 78 años, tiró las cartas y colgó el teléfono. “La verdad es que no sabía quiénes eran”, dice. “Y no quería dar información por teléfono”. Luego, las compañías de


servicios públicos que atienden a su comunidad natal de North Andover, Massachusetts, comenzaron a amenazar con cortarle la electricidad y el gas. Las tarjetas de crédito que había


compartido con su marido, Mike, fueron canceladas. “Nunca me di cuenta de que él era el titular principal de la tarjeta, y no creo que él alguna vez se diera cuenta de que me afectaría, o la


habría cambiado”, afirma. “Siempre tuvimos tarjetas de crédito y mi nombre siempre estaba en ellas, y nunca supe que iba a ser diferente hasta que de repente lo fue”. Muchos adultos mayores


en Estados Unidos que pierden al cónyuge que provee el sustento de la familia, se enfrentan a confusos trámites financieros como este, lo que agrava la pérdida de ingresos que sufren. Una


investigación reciente, la primera de su tipo, (en inglés), revela que, además de estos otros problemas, las personas mayores de 50 años cuyas parejas mueren experimentan una disminución


promedio de 10 puntos en sus puntajes de crédito, lo que, como una mano invisible, puede aumentar el costo de los préstamos y restringir su acceso al crédito. Casi un tercio ve su puntuación


crediticia caer en 20 puntos o más, una consecuencia de la cual tardan dos años, en promedio, en recuperarse. Cuando muere un cónyuge, “es posible que no pienses en pagar sus facturas. Es


posible que eso no sea lo primero que se te ocurra”, dice Stephanie Moulton, profesora de asuntos públicos en la Universidad Estatal de Ohio y coautora del estudio, publicado por el Centro


de Seguridad Financiera de la Universidad de Wisconsin-Madison. “Hay que prepararse de antemano, pues no podrás pensar sobre ello en ese momento”. LOS ATRASOS Los puntajes de crédito


producidos por FICO y VantageScore, las empresas dominantes de calificación crediticia, varían de 300 a 850; un puntaje de 670 o más se considera bueno. Los puntajes se basan en varios


factores, incluido el historial de pagos, la deuda total y los tipos de crédito (como tarjetas de crédito, hipoteca o deuda estudiantil). Cuanto más tiempo lleven los consumidores efectuando


sus pagos, especialmente los pagos puntuales, mejor. Moulton afirma que hay tres factores que suelen afectar la calificación crediticia de un cónyuge sobreviviente: * el atraso en los


pagos, lo que puede ser resultado de una disminución repentina de sus ingresos o de no saber que debían pagar los saldos. * tener un historial crediticio limitado porque los préstamos y


tarjetas de crédito de una pareja estaban a nombre del cónyuge fallecido. * solicitar un nuevo crédito, lo que puede desencadenar un escrutinio no deseado por parte de las agencias de


calificación crediticia. “Nadie está preparado para perder a su cónyuge. Hay tantas cosas que nadie sospecha”, dice Chris Bentley, planificador financiero certificado y fundador y director


ejecutivo de la organización de asesoramiento sin fines de lucro Wings for Widows. “Esto es una crisis y nadie le presta atención”. La pérdida de seguridad económica cuando muere la pareja


es particularmente aguda para las mujeres, que viven más que los hombres (casi seis años, en promedio) y, entre las generaciones mayores, tienen más probabilidades de haberse casado en una


época en que los maridos normalmente manejaban las finanzas familiares.