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Redactar un testamento es una de las medidas más importantes que puedes tomar para poner orden en tu vida. Entre otras cosas, te ayudará a decidir qué hacer con tus bienes más preciados, lo
que puede darte tranquilidad. Dicho esto, planificar tu fallecimiento no es agradable, y si no te has tomado el tiempo de redactar un testamento, no es ninguna sorpresa. Según una encuesta
que realizó Caring.com en el 2022, solo el 33% de la población del país tiene un testamento o un fideicomiso en vida, y el 67% no lo tiene. ¿Por qué no? Cerca del 40% de los participantes de
la encuesta admitieron que no se habían ocupado de ello, el 13% dijeron que la planificación patrimonial era demasiado costosa y el 12% indicaron que no sabían cómo conseguir un testamento.
Quizá tú, como otras personas, no entiendas del todo el mecanismo de un testamento, el motivo por el que lo necesitas y el complicado embrollo que ocasionarás a tus seres queridos si no
dejas este importante documento. Por ejemplo, no solo renunciarás a tu derecho de decidir qué ocurrirá con tus bienes, sino que lo mismo sucederá con los hijos menores que puedas tener,
señala Joe Fresard, abogado de Simasko Law en Mount Clemens, Míchigan. “Cuando no hay testamento, hay muchas más posibilidades de que se produzcan peleas en la familia, ya que nadie sabe
cuáles eran realmente tus deseos”. ¿Puedes redactar un testamento por tu cuenta? Es posible. Sin embargo, ten en cuenta que las leyes que rigen los testamentos varían según cada estado. Los
siguientes consejos describen, entre otras cosas, el mecanismo de los testamentos, su importancia, el modo de redactar uno válido y la necesidad de consultar con un experto. Video: evita
estos 3 errores al redactar tu testamento (en Inglés) 1. PARA QUÉ SIRVE UN TESTAMENTO Tu testamento es el documento legal en el que tú, el “testador”, declaras quién administrará tu
patrimonio después de tu muerte y quién tendrá derecho a recibir tus bienes. Eso incluye bienes grandes, como tu vivienda, y cosas más pequeñas con valor sentimental. También puedes designar
a los tutores de los hijos menores o de otras personas a tu cargo. Para que sea válido, el testamento debe tener dos testigos y cumplir otros criterios, según las disposiciones de tu
estado. La persona que designes para que haga cumplir tus deseos es tu “albacea”, quien pagará tus últimas facturas y distribuirá tus bienes entre los beneficiarios. Nota: Algunos tipos de
bienes, como determinadas pólizas de seguro y cuentas de jubilación, no suelen estar cubiertos por los testamentos. Debiste haber designado beneficiarios para esos bienes. No olvides
actualizar a tus beneficiarios a medida que se produzcan cambios en tu vida —por ejemplo, si te divorcias—, ya que tus bienes se destinarán a las personas cuyo nombre figure en la lista en
el momento de tu fallecimiento. 2. SI MUERES SIN TESTAMENTO Si no dejas un testamento válido, mueres “intestado”. Eso suele significar que tu patrimonio se liquidará según las leyes de tu
estado, que determinan quién heredará qué. Tu herencia pasará por un proceso legal de transferencia de bienes de una persona fallecida a sus herederos legítimos. Si no hay testamento, no
tienes albacea, por lo que un juez nombrará a un administrador para que distribuya tus bienes. Puede ser alguien que ni tú ni tu familia conozcan. La decisión que tome ese administrador
puede ser opuesta a tus deseos y a los de tus herederos. Si por algún motivo tu testamento se considera inválido, un juez designará a un “administrador” para que se haga cargo del asunto.