Falso funcionario del gobierno roba a viuda de 84 años

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Joan, una viuda de 84 años que vive en California, recibía las llamadas del estafador de día y de noche. Él le prometió $32,000, el equivalente a lo que había invertido en una propiedad de


tiempo compartido que tenía. Le envió un formulario (en inglés) de la Financial Crimes Enforcement Network (Red contra los Delitos Financieros) del Departamento del Tesoro —muy fácil de


copiar de la web— para darle autenticidad a su discurso. Insistió en que iniciara el proceso para obtener su reembolso de la propiedad de tiempo compartido enviando un cheque de caja por


$2,448 a una mujer a una dirección residencial en el norte de California. Sabiamente, Joan se rehusó. Pero, aunque no había perdido un centavo, perdió lo que el dinero no puede comprar: su


salud y su tranquilidad. Está enojada y ansiosa porque la persona que la llamó de alguna manera conocía su número del Seguro Social, fecha de nacimiento y otra información confidencial,


aunque ella no la divulgó a sabiendas. Incluso sabía exactamente cuánto dinero había invertido a lo largo de los años en la compra de la propiedad de tiempo compartido. De manera


preocupante, su presión arterial aumentó después de que empezó a recibir las llamadas a finales de octubre, lo que llevó a que le duplicaran la dosis de su medicamento para la presión


arterial y le recetaran más medicamentos para prevenir una enfermedad catastrófica. “Dijeron que, si tenía un derrame cerebral, ese sería el fin de mis días”, dijo. “Yo pensaba: ´Tienes 84


años, no seas boba. Y tú no deberías estar acosándome’”. —Comentario de una víctima de robo de identidad sobre el delincuente que seguía llamándola Joan llamó a la línea de ayuda gratuita de


la Red contra el Fraude, de AARP, al 877-908-3360 y habló para este artículo. Para proteger su privacidad, no se publicó su nombre completo. LLAMADAS DE DÍA Y DE NOCHE Joan vive en un


centro de apartamentos para adultos mayores. El estafador la llamaba a su teléfono celular tan temprano como a las 6:30 a.m. y tan tarde como a las 8:30 p.m. Normalmente llamaba cada dos o


tres días, dice, y usaba tantos números diferentes que era difícil resistirse a contestar. Las llamadas de suplantación de identidad les permiten a los delincuentes ocultar su identidad, ya


que sus números verdaderos no aparecen en el identificador de llamadas. “Es un estafador muy afable”, dice Joan ahora. “Es muy persistente y empecinado. Yo pensaba: ´Tienes 84 años, no seas


boba. Y tú no deberías estar acosándome’”. Incluso programó una teleconferencia con Joan y siete hombres que supuestamente, con su ayuda, recibieron reembolsos por inversiones de tiempo


compartido. En retrospectiva, no tiene manera de saber si sus declaraciones eran verdaderas. Joan compró la propiedad de tiempo compartido hace años en un evento de ventas en Las Vegas que


captó su atención con el anuncio: “almuerzo gratis, esto y aquello gratis”, explica. La oferta nunca cumplió sus expectativas. Hizo un par de viajes, pero a menudo le decían que los destinos


vacacionales que quería ya estaban reservados, supuestamente, por propietarios VIP. Finalmente, renunció a su titularidad.