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Un nuevo estudio de University of Southern California reveló que las personas mayores que han sido víctimas de explotación financiera tienen problemas auditivos mucho más graves y una visión
marginalmente más débil que quienes no han sido estafados. Sin embargo, lo que es alentador para el investigador principal Duke Han, psicólogo y profesor en la Facultad de Medicina Keck de
la universidad, es que las deficiencias de la audición y la visión son “trastornos muy tratables". "Esta investigación realmente señala la importancia de acudir a consultas médicas
periódicas y mantenerse al día con la audición y la visión”, dice Han. Incluso durante la pandemia, sigue siendo importante hacerse exámenes y mantener la salud, agrega. “Queremos que los
adultos mayores disfruten de la riqueza que han acumulado durante el transcurso de la vida. Queremos que disfruten del fruto de su trabajo, no que se aprovechen de ellos". —Profesor
Duke Han, de la Facultad de Medicina Keck de University of Southern California, cuyo estudio demostró que las personas mayores víctimas de explotación financiera tienden a tener más
problemas auditivos y de visión que otros adultos de edad similar que evitaron ser estafados. Han exhorta a los familiares, amigos y proveedores médicos a que presten atención a los cambios
en la visión y audición de un adulto mayor, ya que los aparatos auditivos y los lentes correctivos “pueden ser críticos para reducir la susceptibilidad de un adulto mayor” a las pérdidas
financieras. POR QUÉ ALGUNOS ADULTOS MAYORES SON MÁS VULNERABLES A LOS FRAUDES Han, de 44 años, le dijo a AARP que por varios años ha estado interesado en averiguar qué es lo que hace que
algunas personas mayores sean más vulnerables a las estafas y al fraude que otras. Se sabe muy bien que el deterioro cognitivo aumenta las probabilidades de que se aprovechen financieramente
de los adultos mayores, comenta. Los signos reveladores del deterioro cognitivo incluyen dificultad para recordar, aprender cosas nuevas, concentrarse o tomar decisiones que afectan la vida
diaria. Sin embargo, muchos adultos mayores que no padecen de deterioro cognitivo también han sido víctimas de explotación financiera, dice Han, lo que llevó a él y a sus colegas
investigadores a explorar la posibilidad de que intervengan otros mecanismos secundarios.