Patrick coggins, becario del premio propósito de aarp

feature-image

Play all audios:

    

CONSEJOS PARA LOS QUE DESEAN MARCAR LA DIFERENCIA No puedes dejar que las preocupaciones te impidan crear el producto que imaginas. Tan pronto como tuve esta idea, me di cuenta de que


podríamos enfrentarnos a problemas de responsabilidad: ¿qué pasaría si alguien envía una alerta y por alguna razón nuestro servicio no la transmite? Pero yo sabía que sería muy útil, y por


eso seguí adelante. Por supuesto, les decimos a nuestros usuarios que si tienen una emergencia grave, deberían llamar al 911, y les decimos a sus contactos que si no pueden comunicarse con


el usuario después de recibir una alerta, ellos también deberían llamar al 911. USOS MÁS ALLÁ DE NUESTRAS EXPECTATIVAS Ha sido algo muy gratificante escuchar de los usuarios que nuestro


servicio ha ayudado, entre ellos una señora discapacitada que vive sola y llamó a su hija cuando se lastimó el pie con un vidrio roto, un parapléjico que llama a sus asistentes en los


momentos críticos cuando su respirador deja de funcionar, y alguien que padece de esclerosis múltiple y llama a sus hijos a través de Alexa cuando los necesita. Tenemos más de 600 reseñas en


Amazon, con casi cinco estrellas. También nos ha sorprendido que los padres jóvenes estén usando nuestro servicio para que las niñeras de sus hijos puedan comunicarse con ellos fácilmente,


y los estudiantes universitarios que viven en dormitorios lo están usando para mantenerse en contacto con sus padres. Hasta ayudamos a una comunidad grande de jubilados en Florida a vincular


el servicio a la oficina de seguridad, para que los residentes puedan solicitar la ayuda del personal del sitio. NO SE TRATA DE DINERO Cuando lanzamos el producto en el 2015, creamos un


modelo en el cual los usuarios pagaban según su presupuesto, pero a los usuarios no les gustó ese modelo. Yo considero que este es un servicio público en vez de un negocio (mi esposa y yo


tenemos otros trabajos con los que pagamos las cuentas), y por eso decidí ofrecerlo gratis. Solo les pedimos a los usuarios que más usan el servicio y que envían 400 mensajes al mes (ellos


pueden nombrar a 10 contactos en vez de a cinco), que paguen $60 al año. Este servicio es comparable con los sistemas de alertas "me he caído" en los que se presiona un botón para


solicitar ayuda, que cuestan $40 o más al mes. Debido a que estamos enviando mensajes de texto y haciendo llamadas telefónicas en masa, algunas veces al extranjero, esto nos cuesta dinero.


El año pasado mi esposa y yo gastamos unos $10,000; a medida que nuestro servicio crezca, los costos también aumentarán. Esperamos obtener subvenciones o patrocinadores, o crear asociaciones


como filiales de empresas de seguridad doméstica, para poder seguir ofreciendo este servicio valioso independientemente de cuánto crezca.