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¿Busca un lugar con aire vacacional? Entonces diríjase a Montijo, una bodega de diseño situada junto a Les Batignolles que le transportará directamente a las orillas del Mediterráneo y, más
concretamente, a España. Vinos naturales, ambiente de bodega y productos hispanos en un marco incomparable. En París hay un buen número de buenas direcciones donde disfrutar de un ambiente
vacacional durante todo el año. En las cuatro esquinas de la capital, estos lugares exóticos son como una escala para los parisinos de un día o de siempre que buscan alejarse de todo. Si
sueña con el sol y los buenos sabores ibéricos, aquí tiene una bodega PARA COMER que le encantará. Para descubrirla, diríjase al barrio de Batignolles, en el 167 de la rue de Rome, y abra de
un empujón las puertas de MONTIJO. Aquí, los parisinos se vuelven españoles. Con muebles de ratán, bancos de terracota y una luminosa y frondosa veranda, la decoración diseñada por Katya
Goncharova hace que el tiempo parezca detenerse, animándonos a hacer una pausa en el ajetreado ritmo de vida de la capital. Una monumental vidriera que representa la convivencia completa el
decorado. Aquí se respira un ambiente de convivencia basado en los buenos sabores hispanos. Los enófilos estarán encantados con el medio centenar de vinos de la carta de vinos naturales, en
la que predominan las variedades españolas, pero no sólo: Grecia, Portugal, Italia y otros países mediterráneos también están representados. Para los más golosos, se hará hincapié en la
cocina HISPANA, que incluye la imprescindible tortilla, el pan con tomate con o sin anchoas, así como ensaladas perfectas para el tiempo cálido, como la Ensalada de Feta con tomates secos,
tapenade de ajo y sucrina, o la Ensalada Rusa, elaborada con ventresca ligera de atún de textura fundente, guindilla dulce y aceitunas Gordal bañadas por el sol.Todo ello en un ambiente
festivo. Además, para los golosos, el brioche perdue revisitado con una crema de limón que recuerda a la tradicional tarta merengada podría ser su placer culpable. Si no le gustan los
dulces, pero le apetece un postre, no se pierda nuestro favorito, la tarta de queso de la vina, una tarta de queso vasca no demasiado dulce, pero terriblemente sabrosa, para terminar su
viaje con una nota refrescante. ¿Un plus? Estas tapas le encantarán a cualquier hora del día: ¡sí, el Montijo está en servicio continuo! Además, el local vibra al ritmo de su programación
artística, con inauguraciones, veladas dedicadas a las artes creativas, masterclass de vino y otras sorpresas. EL ABUSO DE ALCOHOL ES PELIGROSO PARA LA SALUD, CONSÚMALO CON MODERACIÓN. ESTA
PRUEBA SE REALIZÓ COMO INVITACIÓN PROFESIONAL. SI SU EXPERIENCIA DIFIERE DE LA NUESTRA, POR FAVOR, DÍGALO EN LOS COMENTARIOS.
