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BOOKMARK La bandera de España ha sufrido multitud de cambios a lo largo de la historia y sus colores y motivos se han sucedido al compás de dinastías y regímenes políticos. Sus tonalidades
actuales, de hecho, no fueron fijadas hasta el siglo XVIII. En la península ibérica, los musulmanes y los cruzados fueron los primeros que comenzaron a portar banderas como muestra de
lealtad a reyes y señores. No representaban, sin embargo, un territorio unificado como tal, significado que no fue introducido hasta el reinado de los Reyes Católicos, que empezaron a usar
un pendón que combinaba las armas de Aragón con las de Castilla y las de León. Con el objetivo de reducir el poder de Francia, Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón pactaron con los
Habsburgo que sus hijos Juana y Felipe, este último archiduque de Austria, contrajeran matrimonio, un movimiento que tuvo un impacto directo en la evolución de la bandera de España. Y es que
Felipe el Hermoso trajo consigo la cruz de Borgoña, símbolo heredado por la Casa de Habsburgo y que pronto quedó ligado a los estandartes de las tropas del reino. Posteriormente, Felipe V,
el primer Borbón en acceder al trono en España —año 1700—, sustituyó la cruz de Borgoña por el escudo de armas de su dinastía sobre un fondo blanco. El problema es que la mayoría de países
utilizaban banderas en las que predominaba el mismo color, lo que provocaba problemas de identificación y confusiones en el mar. Francia, Gran Bretaña, Sicilia o la Toscana utilizaban por
ejemplo también el blanco como color principal en sus enseñas, y era imposible distinguir barcos aliados de enemigos desde cierta distancia. Por ello, el hijo de Felipe V, Carlos III, acabó
encargando a su ministro de Marina, Antonio Valdés y Fernández Bazán, el diseño de un nuevo pabellón o bandera naval. Este seleccionó doce diseños entre los bocetos presentados a concurso,
de los cuales Carlos III eligió uno para las naves civiles y otro para las militares, siendo este último el germen de la bandera española actual y quedando ambos fijados en el Real Decreto
de 28 de mayo de 1785. En la norma, el monarca anuncia que «para evitar los inconvenientes, y perjuicios, que ha hecho ver la experiencia puede ocasionar la Bandera nacional, de que usa mi
Armada naval, y demás Embarcaciones Españolas, equivocándose á largas distancias, ó con vientos calmosos con las de otras Naciones; he resuelto, que en adelante usen mis Buques de guerra de
Bandera dividida á lo largo en tres listas, de las que la alta, y la baxa sean encarnadas, y del ancho cada una de la quarta parte del total, y la de en medio amarilla, colocándose en esta
el Escudo de mis Reales Armas». A pesar de la especificación de su uso, durante la guerra de independencia contra las tropas napoleónicas proliferó el uso de banderas no reglamentarias y
algunos marineros pasaron a combatir en tierra, lo que popularizó el uso de la bandera rojigualda en el interior del país. Su uso se extendió tanto entre las tropas de tierra que Isabel II
la estableció en 1843 como la bandera oficial de España, aunque esta fue modificada durante el año que duró la Primera República —entre 1873 y 1874—, cuando se le eliminó la corona del
escudo borbónico. Antes de la Segunda República, el dictador Primo de Rivera prescindió en 1927 del pabellón civil de cinco franjas en los barcos mercantes, pero los grandes cambios llegaron
unos años después. Fue en concreto en 1931, tras la caída de la monarquía de Alfonso XIII, cuando se promulgó la adopción de la bandera nacional tricolor formada por «tres bandas
horizontales de igual ancho, siendo la roja la superior; amarilla la central y morada oscura la inferior» en honor a los comuneros de Castilla, una bandera que cosechó —y sigue haciéndolo—
un gran apoyo entre los sectores antimonárquicos. Además del cambio de color, se introdujeron los reinos de Aragón, Granada y Navarra en el escudo borbónico, se incorporaron las dos columnas
de Hércules con el lema «Plus Ultra» —en latín «más allá»— y se cambió la corona por un castillo. > Los títulos del rey de España Tras el golpe de Estado de 1936 y la sublevación
franquista, la derrota de la República en la Guerra Civil supuso la restauración de los colores originales de la bandera de España y la corona en la parte superior del escudo. La dictadura
franquista también incluyó en 1945 el águila de San Juan en honor a los Reyes Católicos —la reina Isabel la utilizó en su escudo personal—. Con el regreso de la democracia, el emblema
franquista fue sustituido por el de España, y la Constitución de 1978 reza que «la bandera de España está formada por tres franjas horizontales, roja, amarilla y roja, siendo la amarilla de
doble anchura que cada una de las rojas». Así, curiosamente, este último y por el momento definitivo diseño tiene su origen en el estandarte de guerra que eligió Carlos III hace dos siglos y
medio. __Descargar gráfico __ Creative Commons BY-NC-ND × Gracias por utilizar nuestro contenido. Que los puedas disfrutar de manera gratuita no sería posible sin el apoyo de nuestros
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