Los trabajadores de la construcción amenazan con «conflicto» si el gobierno no les da la jubilación anticipada

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Más presión para el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones a cuenta de la jubilación anticipada en los trabajos peligrosos y los ya célebres 'coeficientes


reductores'. Este mediodía, un millar de trabajadores de la construcción -convocados por UGT y CC.OO.- se han manifestado ... frente a la sede del departamento que dirige Elma Saiz para


exigir que se les aplique el régimen que permite compensar en la pensión una jubilación anticipada por razón de peligrosidad o penosidad. Los manifestantes han cargado contra el Gobierno y


también contra la patronal -por no avenirse a firmar la petición, como sí hizo la de los transportistas-, y han amenazado con más manifestaciones «y conflicto en los centros de trabajo y en


el sector», ha apuntado Mariano Hoya, secretario general de la sectorial de UGT. «La concentración de hoy no es el final de nada, esto es el principio: O NOS ESCUCHAN Y ESTÁN EN DISPOSICIÓN


DE ACEPTAR NUESTRAS REIVINDICACIONES O HABRÁ MÁS MOVILIZACIÓN, VOLVEREMOS Y SEREMOS MUCHOS MÁS» (...) «Y no descartamos nada, y cuando digo nada, es nada», ha añadido Hoya. Esta protesta


cobra importancia porque llega cuando la presentación de la normativa que regulará las jubilaciones anticipadas es inminente, también, y más importante, la definición de qué profesiones


pueden acogerse a la misma sin penalización. Son muchos lo que llaman a la puerta de la ministra Saiz. No solo los empleados de la construcción, también los bomberos, conductores, las


camareras de piso (llamadas 'kellys') o los buceadores quieren que en sus respectivos sectores se use un mecanismo al que ahora solo se puede acoger un reducido abanico de


profesionales, entre estos los mineros o los trabajadores del mar. En pocas palabras, un coeficiente reductor aplicado a un trabajo peligroso ES UN MECANISMO QUE COMPENSA AL INTERESADO PARA


QUE SE LE APLIQUE UNA JUBILACIÓN MAYOR DE LA QUE LE CORRESPONDERÍA POR HABERSE RETIRADO ANTICIPADAMENTE. Y la nueva regulación que planea el Ministerio, que nace de un acuerdo tripartito


rubricado entre Gobierno, patronales y sindicatos en septiembre de 2024, debería concretar los criterios que se tendrán en cuenta para determinar si una profesión tiene derecho a la


jubilación anticipada o no. En el caso de la construcción, los beneficiarios potenciales alcanzan aproximadamente el millón, que son los asalariados que tiene el sector en nuestro país. No


obstante, y según aclara a ABC Sergio Estela, portavoz de UGT, hay que descontar de ese grupo al personal administrativo. LA REFORMA QUE PIDEN ESTÁ DIRIGIDA A POCEROS, ALBAÑILES O


CONSTRUCTORES DE INFRAESTRUCTURAS, que, a pesar de la peligrosidad y dureza de sus ocupaciones, no tienen reconocida la rebaja de la edad de jubilación. El otro receptor de la furia de los


trabajadores de la construcción este mediodía ha sido la principal patronal del sector, CNC, a la que UGT y CC.OO. afean que no se haya sumado a sus reivindicaciones. Hoya la ha definido


como una patronal «QUE SE TIENE POR DIALOGANTE Y CERCANA, PERO QUE NO LO ES EN ABSOLUTO», en un discurso que incluía una amenaza nada velada: «Desde aquí les digo que, O SE SIENTAN Y FIRMAN


LA PETICIÓN PARA REBAJAR LA EDAD DE JUBILACIÓN CON COEFICIENTES REDUCTORES O NOS TENDRÁN ENFRENTE EN LOS PRÓXIMOS MESES y en los próximos años». Según ha denunciado el secretario general de


la sectorial de los constructores en UGT, en el sector hay 17.000 asalariados que superan los 65 años, 126.000 por encima de los sesenta y 255.000 que superan los 55. Añádase a esto el hecho


de que, según datos del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo, cuando un trabajador alcanza sesenta años ha perdido ya el 65% de su fuerza, capacidad cognitiva, visión y


audición, y UGT achaca a este hecho la alta siniestralidad laboral en el gremio. Según datos provisionales del Ministerio de Trabajo, EN 2024 EN EL SECTOR SE PRODUJERON 86.205 ACCIDENTEs,


81.697 de ellos en jornada de trabajo. A su vez, Hoya ha recordado que el año pasado hubo 135 MUERTOS, frente a los 86 de 2015.