La realidad virtual busca unir a las personas

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Lily Mauricio, patóloga jubilada, “escaló”, hace poco, hasta la cumbre del monte Everest para reforzar los lazos familiares con su hija, quien años atrás, cuando tenía unos 25 años, había


llegado hasta un campamento base del Everest, ubicado a 18,000 pies sobre el nivel del mar. La hija tiene el mismo nombre de su madre, pero le dicen Ditas. Si bien ella también es una


alpinista veterana, la Lily Mauricio de mayor edad, quien ahora tiene 78 años y vive en la comunidad de vida asistida White Sands en La Jolla, California, escaló la montaña más alta del


mundo de manera virtual. Para eso, se puso un visor de realidad virtual (RV) suministrado a White Sands por Rendever, una empresa con sede en Somerville, Massachusetts, que está afiliada a


AARP Innovation Labs. Rendever ha instalado visores de RV en más de 400 centros de vida asistida para adultos mayores en todo Estados Unidos, Canadá y Australia durante los últimos cinco


años. “Compartí esta experiencia mentalmente y con ella”, dijo la madre, refiriéndose a Ditas. “Fue muy conmovedor. Fue algo formidable y muy realista. Tuve una vista panorámica de todo


hacia abajo, arriba, a la derecha, a la izquierda”. LA REALIDAD VIRTUAL ELIMINA BARRERAS CORTESÍA DE BRENDA ZIELINSKI - WHITE SANDS LA JOLLA Algunos adultos mayores han adoptado la RV para


superar los desafíos físicos, mentales y sociales que conlleva el envejecimiento. Usan la RV para asistir a conciertos, enfrentar fobias, hacer fisioterapia y ejercicio, participar en


juegos, reavivar recuerdos, viajar a lugares exóticos y, por supuesto, para desarrollar conexiones sociales. Lo social podría parecer ilógico, si tenemos en cuenta que las experiencias de


inmersión total en la realidad virtual comienzan cuando alguien se aparta del mundo exterior al ponerse gafas o un auricular sobre la cabeza. “La RV elimina cada una de las barreras que un


adulto mayor podría encontrar al interactuar con el mundo, de una manera que realmente le permite hacer una de las actividades con las que siempre soñó”, señala Kyle Rand, director ejecutivo


de Rendever. “Aún más importante, con un componente que faltaba: puede hacerlo junto con otras personas”. Si bien la realidad virtual se ha estado popularizando en los entornos de vida


asistida, también hay iniciativas dirigidas a los adultos mayores en sus hogares. En agosto, MyndVR, una empresa emergente con sede en Dallas, lanzará un producto de realidad virtual que


incluye gafas Vive Flow de HTC, una tableta complementaria para cuidadores o familiares, y acceso a una biblioteca de contenido de RV producido y autorizado por esta empresa. Los usuarios


pueden ver la Tierra desde la Estación Espacial Internacional, deslizarse por una tirolina o disfrutar un íntimo espectáculo de The Lion King en Broadway, entre otras opciones. El costo, con


una oferta actual, es de $495 por las gafas, además de $20 al mes por el contenido; con la tableta, el precio sube a $645. La biblioteca de MyndVR también incluye aplicaciones cognitivas.


En una, la persona debe identificar correctamente de dónde provienen los sonidos reproducidos en una cocina, como por ejemplo el agua de un grifo abierto. JUEGOS VIRTUALES DE PING-PONG Y


MINIGOLF CONTRA COMPETIDORES DE TODO EL MUNDO En el condado de Westchester, Nueva York, Nenad Bach, un cantante de 67 años, juega al ping-pong de forma virtual con regularidad mediante la


aplicación Eleven Table Tennis de su casco Quest de Meta (Oculus). “Es muy social, porque estás hablando con el mundo entero”, cuenta Bach, quien ha competido contra jugadores en África,


Canadá, Alemania, Filipinas y a lo largo de Estados Unidos. CORTESÍA DE META’S COMMUNITY VOICES FILM SERIES Bach, a quien le diagnosticaron la enfermedad de Parkinson, todavía da conciertos


en persona, y también juega al ping-pong de verdad como fisioterapia. “Algunas cosas son todavía mejores [en la RV], porque no tienes que recoger del piso la pelota”, dice. “Con solo oprimir


un botón, la tienes en la mano”. Stephen Harris, de 39 años, disfrutaba pasar tiempo con su padre, Jim, de 76 años, jugando al minigolf; ya no puede hacerlo porque su padre tiene la


enfermedad de Alzheimer. En cambio, padre e hijo, quienes viven en Denver, participan en el juego Walkabout Mini Golf de Quest. “Hoy fue un día bueno; jugamos en Oculus y nos recordó


aquellos tiempos”, tuiteó Harris sobre el partido. La empresa de programación Mighty Coconut informa que un 8% de su base mundial de unos cientos de miles de jugadores por semana son mayores


de 55 años.