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El precio promedio para un auto, camión o SUV nuevo es de cerca de $35,000, según la AAA, mientras que los autos usados también son cada vez más costosos, y se venden por un promedio de
alrededor de $27,000. Esos altos precios hacen que los compradores de autos se conviertan en objetivos tentadores para varios tipos de estafas. Las prácticas dudosas incluyen el intento de
los concesionarios de automóviles de incluir cargos ocultos y complementos no deseados al costo total del vehículo. De igual manera, los vendedores privados pueden engañar a los compradores
sobre el verdadero millaje o el historial de accidentes de un auto. También hay estafadores en internet que intentarán venderte un vehículo que ni siquiera existe, y hacer desaparecer tu
dinero. Si bien la National Automobile Dealers Association (https://www.nada.org, en inglés) tiene una guía de ética (en inglés) para sus más de 16,000 socios de concesionarios de autos
nuevos, con principios que incluyen “tratar a cada cliente de una manera justa, abierta y honesta”, las personas en Estados Unidos todavía pierden miles de millones de dólares cada año a
causa de varias estafas de compra de autos. Eso se basa en las estimaciones de la Comisión Federal de Comercio (FTC) cuya nueva regla Combating Auto Retail Scams Rule (CARS, Lucha contra las
estafas en la venta de automóviles, en inglés), que entra en vigor el 30 de junio del 2024, podría ahorrar a los consumidores del país más de $3.4 millones al año al frenar muchas de las
tácticas fraudulentas, por ejemplo, la táctica “bait and switch” (gato por liebre), para atraer posibles compradores al concesionario. PRÁCTICAS POCO ÉTICAS Se sabe que los concesionarios de
automóviles usan una variedad de métodos para obtener más dinero de los compradores. Un concesionario podría anunciar lo que parece un precio atractivo en un automóvil para atraer a
posibles compradores. Pero después de que decidas comprar el vehículo, el concesionario agrega una serie de cargos cuestionables para cubrir cosas como inspecciones, preparación del auto o,
si estás recibiendo un auto usado, reacondicionarlo. Algunos incluso podrían cobrarte el doble por servicios que estaban incluidos en el precio de compra anunciado. En un caso del 2022, la
FTC alegó que un concesionario del área de Washington, D.C., aumentó el precio anunciado de un vehículo Nissan SUV en casi $2,400. (La FTC finalmente obtuvo más de $3.3 millones en
reembolsos para los clientes).